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viernes, 30 de octubre de 2015

¿Que sabes de los feminismos africanos?

El lunes dia 2 de noviembre tenemos la segunda sesión del grupo de lectura "Una habitación propia", en esta ocasión comentaremos el libro Tres mujeres fuertes de Marie Ndiaye. Al hilo de la novela y buscando información sobre escritoras y feministas africanas (ya sean autoras del continente o de la diáspora) me encontre con terminos que desconocia como Womanism, African Womanism, Stiwanism, Motherism, Negofeminism...y que hacen referencia a las diferentes corrientes del feminismo en el continente africano. Así que comence a investigar hasta lograr hacerme una composición del panorama para poder conocerlo y entenderlo. Y vosotras ¿como vais de feminismos africanos? Por si los desconoces o teneis dudas aquí va este articulo, espero que os guste:



África con tantos países, y tantas realidades diferentes, nos ofrece un abanico de visiones, parecidas pero no iguales, entorno a las cuestiones de género. Intervienen muchos factores, género, raza, edad, nacionalidad... un cromatismo completamente diferente al feminismo occidental al que estamos acostumbradas. Así pues, hoy nos iniciaremos en el amplio mundo de los feminismos africanos, si si! en plural, por que son muchos... Empezamos.

Los feminismos de los "márgenes" o "periféricos", especialmente los feminismos postcoloniales han surgido con el objetivo de ser una alternativa a los feminismos occidentales, y han cuestionado su supuesta neutralidad, su carácter universalizador y su poder de representación y de creación de identidades.
Entre estos feminismos periféricos nos encontramos los feminismos africanos, que muestran una gran heterogeneidad: feminismos negros, islámicos y de la diáspora africana conviven con una multiplicidad de corrientes.

Los feminismos occidentales han creado "concepciones universalizantes de los derechos de las mujeres" basadas en la tradición liberal e individualista angloamerica. Esta visión "homogeneizadora de la igualdad de género", basa en los intereses feministas identificados en Esstados Unidos y Europa no nos sirven para aplicarlas al continente africano.
Chandra Mohanty, teórica feminista (Mumbai, India, 1955)

Chandra Mohanty alerta sobre las diferencias entre la represenación que los feminismos occidentales hacen de la mujer del Tercer Mundo (como un grupo homogénio y sin poder) caracterizada por ser "ignorante, pobre, sin educación, limitada por las tradiciones, religiosa, domestica, restringida por la familia, victima" y la autorepresentación de la mujer occidental como "educada, moderna, con control sobre su cuerpo y su sexualidad y con libertad para tomar sus propias decisiones". Según la autora esta dicotomía no es neutra, sin la mujer del Tercer Mundo, la autopresentación de la mujer occidental sería problemática. Es decir, la una habilita y sostiene la otra. El término feminismo nació en occidente, pero el feminismo no es exclusivamente occidental. Ha ido adquiriendo múltiples y variados significados y definiciones y ha dado paso a nuevos movimientos.

En el marco de los feminismos poscoloniales, el concepto feminismos africanos es controvertidos,. y su empleo es muy insuficiente para reflejar la realidad que pretende describir. Se trata de un fenómeno transnacional, desarrollado tanto en África como (a causa de las migraciones y movimientos forzosos) en la diáspora, en las comunidades migrantes de todo el mundo. Así pues, podemos hablar de feminismos negros, diaspóricos o islámicos presentes en muchas sociedades africanas.

Los feminismos negros surgieron como movimiento a principios de los setenta en respuesta a la opresión que las mujeres negras americanas padecían dentro del feminismo blanco, y para enfatizar la dobre opresión género-raza. Sin embargo no todas las mujeres africanas se identifican con la categoría negra.

Los feminismos de la diáspora africana por todo el mundo han ido construyendo y reproduciento, por un lado diferentes imágenes de africanidad, y por otro, estrategias de acomodación y resistencia en relación tanto a los países de acogida como los de origen.

Los feminismos islámicos son aquellos que sus mandatos e interpretaciones tienen su origen en el Corán y que intentan conseguir derechos y justicia para las mujeres y para los hombres, en todos los aspectos de su existencia (y estan presentes en las comunidades donde viven las mujeres musulmanas, incluidas las múltiples sociedades africanas).

A diferencia de los feminismos occidentales, que surgieron como una lucha política para después articularse como movimiento académico, los feminismos africanos se han configurado principalmente en un ámbito reducido de intelectuales y académicas que propone un análisis feminista basado en características propias africanas. 
Repasamos las principales figuras y las cronologias de las principales propuestas teóricas:

Filomina Chioma Steady
1981. Filomina Chioma Steady (Sierra Leona) relaciona los feminismos africanos con la autonomía y la cooperación femenina, y enfatiza en el hecho que las mujeres negras han estado oprimidas por cuestiones de género, pero también por esclavitud, colonialismo y racismo. Para ella, "los enemigos no son los hombres, sino la historia". Principales ejes que defiende:
  • Cuestiona el estereotipo que se tiene en occidente de la mujer africana oprimida a espera del feminismo occidental para liberarla.
  • Rechaza la imagen de la mujer africana como un ser apolítico y pasivo.
  • Considera que la mujer africana es mucho más feminista que la europea.
  • Examina los factores socioeconómicos y de clase que contribuyen a la opresión de la mujer africana ( explotación económica y marginalización)
  • Propone un femnismo humanista que elogia tanto a hombres como a mujeres y niños, considera que la solución a los problemas de África pasa por la complementariedad de hombres y mujeres.



Alice Walker
 1983. Alice Walker (escritora afroamericana) encuña el termino Womanism para hacer referenciaf a un femnismo dirigido a todas las mujeres negras que pretende superar las discriminaciones de género, raza y estatus socioeconómico. Pricipales ideas:
  • La ideología que responde específicamente a las necesidades de las mujeres negras (EUA)- Necesidad de otro término distinto del Feminismo.
  • Se identifica con los ideales del Feminismo.
  • Incluye preocupaciones de mujeres negras y de origen Africano, discriminaciones basadas en la raza y el status socio económico antes que las de género o misma prioridad.
  • Excluye a las mujeres blancas.

Chikwenye Okonjo Ogunyemi
1985. Chikwenye Okonjo Ogunyemi (Nigeria) propone una nueva interpretación de este mismo concepto (African Womanism), centrada en elas especificidades africanas y en las experiencias diferenciadas de sus mujeres frente a las afroamericanas. Sus principales preocupaciones son:
  • El capitalismo global que empobrece a los más pobres;
  • Las economías políticas de raza;
  • Los feminismos y los imperialismos;
  • Las limpiezas étinicas;
  • Los fundamentalismos religiosos;
  • El elitismo, militarismo y feudalismo;
  • La discriminación a través del lenguaje;
  • Las restricciones de género;
  • La gerontocracia;
  • La familia política y otras constricciones culturales.

Clenora Hudson-Weems

1993. Cleonora Hudson-Weens (afroamericana)  se dirige a todas las mujeres de ascendencia africana y con el término Africana Womanism se desmarca radicalmente de los feminismos occidentales. Una Africana womanista se caracterizaría por los siguientes rasgos:
  • Capacidad de autodefinirse;
  • Centrada en la familia;
  • Genuina en su hermandad con otras mujeres;
  • Fuerte;
  • Preocupada por la lucha masculina;
  • Completa, auténtica, respetada y reconocida;
  • Flexible, espiritual y compatible con los hombres;
  • Adaptable y respetuosa con los mayores;
  • Ambiciosa, maternal y nutricia.
Molara Ogundipe-Leslie
1994. Molara Ogundipe-Leslie (Nigeria) introduce el término Stiwanism (acrónimo de Social Transformations Includin Women in Africa) para incidir en la participación de las mujeres como iguales en la transformación social de África. Propone la creación de una sociedad harmoniosa, considera que lo que se quiere en África es un transformación social. Y los hombres y mujeres han de ser los responsables de esa transformación. Características de esta corriente:
  • Identifica 6 aspectos que impiden el desarrollo de la mujer africana, y que hay que abordarlos para que las mujeres puedan ser incluidas en esta transformación social que necesita el continente;
  • La lacra de la herencia de la tradición feudal;
  • El retraso de las mujeres es consecuencia de la pobreza, la ignorancia, la colonización, el neocolonialismo;
  • Critica a los hombres africanos porque se aferran al patriarcado que les da poder y autoridad sobre las mujeres;
  • La raza, el orden económico internacional está condicionado, en parte, en función de la raza y la clase social.
  • Su propia persona (el obstáculo más importante) siglos de tradición han hecho que las mujeres africanas hayan interiorizado una autoimagen negativa, determinada por el patriarcado y las jerarquias en función del género.
Catherin Acholonu
1995. Catherine Obianuju Acholonu (Nigeria) propone el concepto Motherism, en el que la maternidad, la ciranza y el respeto por la naturaleza son los ejes principales del discurso. Además:
  • Ofrece una alternativa al Feminismo basada en la la forma de vida africana y centrada en la maternidad y la experiencia femenina africana.
  • Considera fundamental que el feminismo africano redescubra "la esencia de la madre como matriz de toda existencia";
  • Critica al feminismo occidental por su rechazo a la maternidad.
  • Rechaza los términos patriarcado y matriarcado en favor de patrifocality / matrifocality de modo que ningún género domina la totatlidad de la vida social del otro;
  • Rechaza la agresión, militancia...
  • La cooperación con la naturaleza es de extrema importancia;
  • No aborda las desigualdades de género.
Obioma Nnaemeka

1999. Obioma Nnaemeka (Nigeria) es la creadora del Nego-feminism. Se trata del feminismo de la negociación o una forma de feminismo sin ego. Basandose en las experiencias de la cultura Ibo del este de Nigeria, esta corriente cuestiona la dualidad de las esferas pública/privada y las fuerzas masculinas/femeninas sobre las cuales se basan las teorías euro-americanas sobre la opresión sufrida por las mujeres. Características:

  • Se basa en la filosofía de dar y recibir, que es esencial en la cultura Ibo;
  • Implica una profunda exploración de los mundos relacionados de hombres y mujeres sin caer en las formas de individualismo e individualización de la democracia liberal;
  • Centra el sentido de la identidad africana en la esfera comunitaria;
  • Para las africanas el feminismo es actuar como tal, no lo articulan a una ideología, sino que simplemente lo llevan a cabo en sus vidas;
  • Hablar de feminismo africano es reconocer la multiplicidad de las perspectivas existentes;
  • Considera que el punto de coincidencia entre las corrientes feministas africanas y occidentales, es que se articulan a través de la resistencia.




He intentado hacer un resumen de las principales tendencias e ideologías de los múltiples feminismos africanos, vara dar a conocer su amplitud y variedad, y sobretodo para entender, porque son diferentes y en que se basan esas diferencias. Si quereis saber más, os dejo las fuentes que he utilizado.  

Para saber más:

Catherine Acholonu (1951-2014) The Female Writer as a Goddess

Feminismos africanos (Casa África, Curso de expertos/as universitarios en cooperación internacional con África Subsahariana, Universidad de Jaén, enero 2012)

Los feminismos africanos. Las mujeres africanas "en sus propios términos". Iker Zirion y Leire Idarraga, Grupo de Estudios de Relaciones Internacionales, UAM, 2015. 

Otra manera de sentir: feminismos negros, género y estudios literarios en el África Subsahariana  

lunes, 26 de octubre de 2015

Harriet Chalmers Adams fundadora de la Sociedad de Mujeres Geógrafas

Desde el siglo XIX se conocen muchas mujeres exploradoras que, en compañía de sus maridos, o bien solas, recorrieron las tierras inexploradas de todos los continentes. Se trata más de viajeras que contaron sus experiencias: Ida Pfeiffer en China; Mary Livingstone en África. Charlotte Canning, ayuda de cámara de la reina Victoria, que escribió sus experiencias en Calcuta; Lady Louisa Tenison que estuvo en España, Egipto, Siria, Petra, Beirut, Jerusalen y Nazaret.

Pero propiamente la actitud respecto al trabajo que desarrollaron cambió con Harriet Chalmers Adam. Harriet nació en Stokton (Califormia, Estados Unidos, 1875-1937), fue exploradora, escritora y fotografa. Viajó extensamente por Américas del Sur, Asia y el Pacífico sur. Escribió sus relatos de viajes para el National Geographic.


Tuvo una educación completamente diferente a la de las mujeres de su época, ya que su padre le enseñó a practicar todo tipos de deportes al aire libre y a los 14 años poseía las técnicas necesarias para ser una exploradora. Su matrimonio con Franklin Pierce Adams le permitó llevar a cabo la actividad que más le gustaba.
En 1904 partició en su primera expedición, un viaje de tres años alrededor de América del Sur con su marido, durante el cual visitaron todos los países y atravesaron los Andes a caballo.


Viajó por todo el mundo superando los peligros y las incomodidades, que fueron muchas pues incluso sufrió la fractura de dos vértebras en su espalda. Cabe destacar sus trabajos en América del Sur (los Andes y el altiplano boliviano), Asia y el Pacífico Sur, en total más de cien mil millas, escribiendo para la National Geographic un total de 21 artículos entre 1907 y 1935 ilustrados con sus propias fotografias.
Harriet en el desierto del Gobi

Durante la Primera Guerra Mundial Harriet C. Adams trabajó como corresponsal en Europa para la revista Harper, siendo la única mujer periodista a la que se le permitió visitar las trincheras.



Harriet en el zoo

Cuando, a los 50 años, quiso ingresar en la Sociedad Geográfica Nacional se encontró las puertas cerradas por ser mujer y decidió fundar la Sociedad de Mujeres Geógrafas. Su incansable empeño en demostrar que las mujeres pueden ir a cualquier sitio y afrontar los mismos riesgos que los hombres la incluyen entre las pioneras en este campo del conocimiento, destacando su peculiar visión del mundo desde una perspectiva femenina diferente, como se puede apreciar en la fotografía "la maternidad en Filipinas". 

(Fuente; Herramientas para la Geografía)

Para saber más:



Harriet Chalmers Adams (Wikipedia)

Intrepidas aventureras 

The Society of Woman Geographers

8 trailblazing female explorers (Mother Nature Network)

miércoles, 21 de octubre de 2015

Wanda Gág: Millones de gatos avalan su arte

Dicen que Wanda Gág es a los gatos, lo que Jane Goodall es a los chimpancés. Bonita forma de describir a una de las renovadoras del genero infantil y precurdosora de los álbumes ilustrados. Con su trabajo de ilustradora, mantuvo a su familia, pero no solo se convirtió en una simple pionera, sinó que fue una renovadora de las técnicas y las tipografia que existian hasta el momento.



Wanda Gág nació en Minnesota en 1893. Hija de un fotógrafo no tardó en descubrir su curiosidad por el arte y antes de que pasaran 15 años ya se había desplazado a Nueva York con becas para sus estudios de arte. Allí se rodea de artistas, entre los que destaca la pintora Georgia O'Keefe, de la que logró una amistad y complicidad que la acompañó hasta su muerte en 1946. La vida de esta artista fue dura, en plena adolescencia vio morir a su padre y recibió como legado el cuidado de sus 6 hermanos, circunstancia que la estimuló en la creación de libros infantiles.

Millones de gatos, Wanda Gág

De entre toda su producción destaca Millones de gatos, al que se le considera unos de los álbumes claves, no solo por su antiguedad sino por las técnicas innovadoras con las que experimentó su ilustradora. Las imágenes de la tripa se escapan de la página, saltan las cajas para desplazarse a la página contigua, dando lugar a una secuencia a doble página, inusual en la ilustración de libros infantiles de la época. Bien conocedora del las técnicas de impresión y grabado- sus litografías hicieron de ella una artista de renombre- se vale del entintado interior en blanco y negro, motivado únicamente con el uso de las dos tintas en la cubierta.


Otro detalle importante de la edición de este libro es el trabajo que ha costado adaptar la tipografía de la edición de 1928, un lettering creado por la propia autora que ha tenido que ser "recompuesto". A partir de unas muestras de las letras originales, el autor de esta proeza creó un alfabeto, que escaneó, pasó por Illustrator, procesó en Fontlab para activar la tipo y finalmente- de manera solidario/generosa- las subió a Dafont, de dónde podéis descargarla.

A cualquier aspirante a editor o diseñador editorial le encantaría superar retos como éste para sacar adelante un proyecto de edición de tales características ¿no os parece?. Pero todo lo que rodea a esta mujer es pura magia, de ella dijo Sendak hace 30 años, al preguntarle si los álbumes eran mejores en el pasado: «Sí», contestó Sendak, «antes estaba Wanda Gág»

Poco más, recordaros que si algún día vais a New Ulm en Minnesota, podéis pasaros a visitar su casa natal, construída por su padre a finales del XIX y lugar de reunión de muchos artistas e ilustradores que compartieron inspiración con la autora-ilustradora.
 

(Fuente: La Pequeña ciudad de P.

Para saber más:

 Wanda Gág House

Tipografía inventada por Wanda Gág 

Illustration Art: Wanda Gág 

miércoles, 14 de octubre de 2015

Janet Collins, la primera Primera Bailarina de la Opera Metropolitana de Nueva York

Janet Collins fue la primera y única afroamericana en convertirse en Primera Bailarina en el Metropolitan Opera de Nueva York. De eso hace más de 60 años y continúa siendo la única. ¿Pero alguien os ha hablado de ella? ¿Sabéis algo sobre sus orígenes y sus logros? Una vez más quitamos el tupido velo del tiempo y damos voz a una mujer invisible que sin embargo fue una de las mejores bailarinas que han pisado los escenarios.
Janet Collins

Janet Collins soñaba con ser bailarina. Sin embargo, para una pequeña niña negra en la década de los años 20, era practicamente imposible. El munod de la danza clásica estaba cerrado a los negros. Incluso la biblioteca pública de su ciutdad natal, Nueva Orleans, les negaba el acceso. Pero Janet nació en el sino de una familia que no estaba dispuesta a aceptar estas limitaciones. Así que la familia se traslado a Los Angeles, cuando Janet contaba cuatro años.

Cuando a Janet se le negó el acceso a clases de baile con otras niñas blancas, su madre Alma cosió trajes a cambio de clases particulares. Estudió principalmente con Carmelita Maracci, Lester Horton y Adolph Bolm, que estaban entre los pocos profesores que aceptaban estudiantes negros.

Su familia y sus primeros maestros reconocieron su extraordinario talento, y todos ellos lucharon para que sus habilidades fueran reconocidas y puediera perfercionarlas a pesar de la segregación racial que se estaba viviendo en esos años.

A los 15 años, en 1932, se las arregló par ganar la entrada a una audición par el Ballet Ruso de Monte Carlo, el maestro Léonide Massine quedo encantado con su actiación, la quiso contratar pero con la condición que se pintara la cara y el cuerpo de blanco, a lo que Janet se negó.

En 1948 se traslada a Nueva York y tubo la oportunidad de bailar su propia coreografia en un programa compartido en un local social de YMCA.
Janet Collins en "Fuera de este Mundo" 1951

En 1951 ganó el Premio Donaldson a la mejor bailarina de Broadway por su trabajo en "Fuera de este mundo" de Cole Porter. También actuó en Aida, Carmen y fue la primera bailarina negra en el Metropolitan Opera.
Dia del debut de Janet Collins en el Met Op.

Aunque gozara de reputación y éxito, no podia ir de gira por los estados del sur, por los problemas raciales que todavia existian. Pasado un tiempo entro como professora de danza moderna en la EScuela de Balanchine del American Ballet de la Ciudad de Nueva York, y en el Manhattanviel College en Purchase, Nueva York.

Janet Collins lucho mucho contra la segregación racial, y como otros muchos artistas agroamericanos nunca logró alcanzar el éxito que se merecia de acuerdo a sus cualidades artísticas.
En 1951 se convirtió en la primera afroamericana en ser contratada a tiempo completo en la Metropolitan Opera, pero hasta 1955 no llegó ninguna cantante, Marian Anderson fue la primera, coincidiendo con la retirada de Collins.

Janet ha pasado a la historia por romper la "barrera de color", pero las limitaciones que sufrían los bailarines agroamericanos eran demasiado fuertes para desarrollar una carrera de éxito. Cuando se retiró de la danza se volcó en la pintura y la religión.

Janet Collins murió en 2003, a los 86 años en Fort Worth, Texas.

Curiosidades:
 
Como el ballet puede cambiar tu vida... Tocando el cielo, es la extraordinaria historia de Michaela DePrince, una niña que consiguió escapar de la crueldad de la guerra y ascender al estrellato en el mundo del ballet. Michaela nace como Mabinty Bangura en Sierra Leona en plena guerra civil. Huérfana y despreciada por las cuidadoras de su orfanato, Mabinty tiene la esperanz a de ser adoptada por una familia americana, pero teme que nadie la quiera a causa de las manchas de su piel. El día que cumple cuatro años, Mabinty encuentra una fotografía de una bailarina de ballet, que guarda como un tesoro. En ese momento decide que lo que más desea en el mundo es ser como ella... Este libro es la conmovedora e inolvidable historia del viaje de Mabinty hacia una familia, un sueño y la búsqueda de la felicidad.

martes, 6 de octubre de 2015

Las grandes olvidadas, las mujeres españolas en la Resistencia Francesa (Mujeres en la II Guerra Mundial)

Aprovenchando que Neus Català cumple 100 años, quiero reivindicar el papel que las mujeres españolas jugaron durante la Segunda Guerra Mundial. Olvidadas e invisibilizadas, los franceses al reconstruir su propia historia de la Resistecia Francesa, dejaron de banda a un grueso muy importante de este colecctivo: los españoles exiliados, y más concretamente a las españolas exiliades, entre muchas olvidadas tambien estuvo Neus Català. Su participación en la resistencia la llevó a acceptar puestos de correo al principio y posteriormente como enlarece interregional, tenien bajo su cargo a seis regiones distintas. Su participación en la Resistencia la llevó a ser denunciada junto a su marido, y a vivir el Holocausto en primera persona.

Creo que es bien merecido es homenage a todas aquellas que mujeres que lucharon por la libertad. Así que enlazo con este artículo fantástico que analiza y explica esta parte de la historia que "casualmente" los vencedores se olvidaron de contar...

 
Neus Català, nació el 7 de octubre de 1915 en els Guiamets.

Las grandes olvidadas: las mujeres españolas en la Resistencia francesa (Escrito por Isabel Munera Sánchez. Artículo cedido expresamente por la autora para Ciudad de Mujeres)



Un gran manto de olvido ha cubierto durante muchos años la participación española en la Resistencia francesa. Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, los franceses se dedicaron a construir una historia de la Resistencia que ignoraba la importante presencia de extranjeros en la liberación de Francia, y que convertía a los franceses en los protagonistas indiscutibles de la lucha que se libraba en Europa contra el nazismo. Pero si la presencia de los republicanos españoles fue ignorada, la de las mujeres ha sido completamente silenciada, convirtiéndose, muy a su pesar, en protagonistas invisibles de una historia de olvido. Ha llegado el momento de levantar ese manto de silencio y de recuperar la memoria de todas estas mujeres anónimas que arriesgaron su vida porque el mundo recuperara la libertad. Este es, sin duda, el principal objetivo de esta intervención. Porque como muy bien señaló el escritor francés André Malraux ya en 1975: “Los que han querido confinar a la mujer al simple papel de auxiliar de la Resistencia, se equivocan de guerra”.
 
Refugiados españoles al cruzar la frontera con Francia

De guerra sabían mucho ya las mujeres españolas cuando estalló la Segunda Guerra Mundial. El triunfo del levantamiento franquista en España las había empujado al exilio huyendo de los bombardeos. En las últimas semanas del mes de enero y principios de febrero de 1939, cerca de 500.000 españoles cruzaron los pasos pirenaicos en la más importante emigración forzosa de la historia de España. 
Niños, ancianos, mujeres, soldados y familias enteras comenzaron entonces un largo peregrinar por medio mundo, aunque los dos lugares más importantes de asentamiento de estos españoles desarraigados serían Francia y México. [1

Huyendo de un destino que se presentaba incierto, los refugiados depositaron sus esperanzas en el país vecino, una tradicional tierra de asilo y cuna además de los Derechos del Hombre. Pero las autoridades francesas, nada habían previsto, pese a que la derrota del ejército republicano se hacía cada vez más evidente. Días y noches a la intemperie, muertos de frío y hambre, los exiliados españoles esperaron su turno para cruzar la frontera. Ya en suelo francés, los gendarmes se encargarían de separar a las familias. Los hombres que estaban en condiciones de trabajar fueron conducidos a campos de concentración, mientras que las mujeres, los niños, los enfermos y los ancianos fueron evacuados masivamente a improvisados albergues y centros de acogida en diversos departamentos del interior.
Campo de Argeles-sur-mer (12/02/1939)


Pese a las manos que les tenderán algunos franceses solidarios con su situación, en general, el recibimiento del pueblo francés será hostil. Además, la prensa conservadora y de extrema derecha se encargará de exaltar aún más los ánimos. “Invasión de refugiados”, “ruinas humanas”, “marea de fugitivos”, “bestias carnívoras de la Internacional” o “la hez de los bajos fondos y de las cárceles”, [2] serán algunos de los calificativos que recibirán los republicanos españoles. 
Las condiciones de vida durante los primeros meses en los campos de concentración de Argelès, Saint Cyprien y Barcarès serán especialmente duras. Playas desnudas, rodeadas de alambradas sin un lugar donde guarecerse del frío, sin apenas nada que llevarse a la boca, sin medidas de higiene, sin medicamentos, bebiendo agua salobre y haciendo sus necesidades en la playa, de donde procedía el agua que bebían. Con estas condiciones, serán muchos españoles que mueran en los primeros momentos de su llegada a Francia. 

Aunque algunas mujeres vivirán en primera persona esta realidad, serán una minoría. La mayor parte pasarán estos primeros meses de exilio en albergues y centros de acogida donde las condiciones de vida no serán, sin embargo, mucho mejores. En escuelas, cuarteles, granjas, cuadras o viejas fábricas dormirán en el suelo o sobre paja, sin agua caliente, sin ropa de abrigo, sin apenas comida con la que alimentar a sus hijos y con la incertidumbre de no saber cuál es la situación de sus familiares encerrados en los campos de concentración. Muy pronto, las autoridades francesas intentarán deshacerse de unos refugiados que consideran una “gran carga” para su economía y fomentarán las repatriaciones a terceros países, sobre todo, de América Latina y el retorno a España, incluso recurriendo en muchas ocasiones al engaño. [3]

Con el inicio de la Segunda Guerra Mundial, las mujeres españolas tendrán que continuar su particular lucha por la supervivencia. Una orden de abril de 1940, que decretaba el cierre definitivo de todos los albergues, complicará aún más su situación. [4] Sometidas a la presión de las autoridades francesas, las mujeres se debatirán entre regresar a España, desde donde llegan noticias de que se ha desatado una brutal represión, reemigrar a terceros países, una posibilidad no siempre al alcance, o iniciar en Francia una vida en la clandestinidad. Pero no era fácil regularizar la situación y conseguir los papeles necesarios. 

Además, las mujeres no eran consideradas un colectivo interesante para la economía nacional. Si no disponían de una familia establecida en el país, sus posibilidades de permanencia eran escasas. Algunas trabajarán en el campo, otras como criadas y las menos en fábricas; pero son muchos los testimonios que nos hablan de la situación de explotación y vejaciones que sufrirán por parte de sus patronos. 
Refugiados españoles en Argeles-sur-mer

Y, pese a todo, las mujeres siempre estarán en primera línea cuando se trate de impedir una injusticia. Fueron mujeres las que primero se rebelaron contra la decisión de las autoridades francesas de trasladar en marzo de 1941 a los brigadistas del campo de Argelès al norte de África. Conocedoras de las duras condiciones de los campos en las posesiones francesas del África septentrional, donde muchos refugiados encontraban finalmente la muerte, trataran de impedir este traslado. 

Como recuerda una de las protagonistas, Ana Pujol: “Los hombres vacilaban y no se atrevían, temiendo las consecuencias del levantamiento. Y las mujeres decidimos llevar nosotras la lucha (...) Fue el campo de mujeres el que se levantó, en una protesta tan unánime y violenta, que las propias fuerzas que nos guardaban cogieron miedo. En pocos minutos, la avalancha de mujeres avanzando hacia el reducto donde se intentaba sacar a rastras de sus barracas a los internacionales rompió las alambradas y lo arrolló todo”. [5]


Pero éste no fue un episodio aislado. Neus Catalá en su estremecedor libro “De la Resistencia y la deportación”, recoge el testimonio de 50 mujeres españolas que participaron en esta “nueva batalla contra el fascismo internacional”. “Las mujeres españolas!, recuerda Neus, “las muchachas de la JSU nos incorporamos de mil y una maneras al combate. No fuimos simples auxiliares, fuimos combatientes. De nuestro sacrificio, de nuestra sangre fría, de nuestra rapidez en detectar el peligro dependía a veces la vida de decenas de guerrilleros”.

 [6]Como la propia Neus Catalá, fueron muchas las mujeres que se incorporaron a las filas de la Resistencia tras la ocupación de Francia por los nazis en mayo de 1940. Como enlaces, en las redes de evasión, transportando correos, municiones, armas o mensajes, dando cobijo a los perseguidos por la Gestapo y la Milicia francesa, confeccionando o distribuyendo prensa clandestina e incluso empuñando armas en batallas tan importantes como la de La Madeleine. Eran conscientes del peligro, pero sentían que cumplían con su deber. Neus comenta: “Cuando entrábamos en la Resistencia éramos conscientes del peligro. Teníamos un 90% de posibilidades de caer. Pero caía uno, y sabíamos que diez nos remplazarían (...) Como las demás, cumplí sencillamente con mi deber. Me llamaron y respondí”. 

[7] Para algunas mujeres, su trabajo en la Resistencia se convirtió en el centro de su existencia. Regina Arrieta recuerda: “Al principio éramos pocos los que hacíamos la Resistencia. Fueron años durísimos, pero exaltantes. A mí me pareció que mi vida comenzó el día que pasé a formar parte de la Resistencia para luchar contra el ocupante nazi”. [8] Otra mujer confirma estas palabras: “ Mis compañeros y compañeras militantes españoles nos unimos en seguida a la Resistencia, en Francia, contra los nazis, porque aquella lucha la sentíamos como propia, considerábamos un deber defender la libertad donde fuese, como en España, frente al alemán, porque era nuestro virtual enemigo, los que habían ayudado a Franco a ganar la guerra” [9]
 
Partisanas armadas

Así, muchas mujeres que no habían ejercido actividades políticas ni militares durante la Guerra Civil, encontraron en la Resistencia francesa su oportunidad para poder luchar contra el fascismo. [10] Ingrid Strobl en su magnífico libro Partisanas comenta: “Las mujeres tuvieron una aportación decisiva en la lucha contra el fascismo y el nacionalsocialismo. Entrevistas con activistas e investigadores han demostrado que la infraestructura de todo tipo de resistencia fue creada sobre todo por mujeres (...) Pero mientras el luchador activo, al ser detenido, todavía podía intentar defenderse con su arma, la mujer desarmada, con su cesto de la compra lleno de octavillas ilegales estaba totalmente a merced de sus perseguidores ”. 

[11]Fueron muchas las mujeres que fueron ejecutadas por su trabajo en la Resistencia, o que padecieron infinidad de torturas al negarse a delatar a un compañero, o que murieron en el infierno de los campos de extermino nazis. Y, sin embargo, para todas estas mujeres no hubo apenas reconocimientos ni menciones de honor. El simple hecho de ser mujer fue motivo suficiente para no ser vistas y para que su importante contribución a la Resistencia fuera ignorada. Como apunta con gran acierto Antonina Rodrigo en su obra “Mujer y exilio”: “Ellos intervinieron en la guerra, en el maquis, en la resistencia (...) y pasaron a la historia, se les condecoró, se les dedicaron monumentos. Ellas también hicieron la guerra, estuvieron en el maquis, en la resistencia (...), pero en los libros de historia la mujer siguió ausente, no han recogido sus batallas”. [12]


Además, a diferencia de sus compañeros, las mujeres tuvieron que compatibilizar su trabajo en la Resistencia con su papel de madres. José Martínez Cobo, dirigente del PSOE en el exilio, asegura: “Las mujeres en la Resistencia han sido utilizadas siempre para transmitir mensajes, mantener lugares seguros y también han tenido el dificilísimo papel de correr todos los riesgos que corría el hombre y al mismo tiempo mantener la familia”. [13] Regina Arrieta afirma: “En mi casa se hacían reuniones, se confeccionaban octavillas. Tenía que trabajar, criar a mi hijo y hacer la Resistencia”. [14] Otra refugiada Jesusa Bermejo explica cómo hasta la propia policía se marchaba de su casa, punto de reunión de resistentes, al ver a tantos niños: “La policía siguió visitando mi casa, pero se quedaba poco tiempo, al ver el panorama de tanto crío; los cinco de la hermana muerta, la de mi hermana en la cárcel y los míos, todos muertos de hambre y llenos de sarna”. [15]

También hubo menores de edad entre las resistentes. Josefa Bas empezó a trabajar con el maquis de Dordogne a los 16 años. La misma edad tenía Lina Bosque cuando empezó a realizar labores de enlace. Esta niña-mujer recorría largas distancias a pie o en bicicleta para llevar papeles, cartas o mensajes. “Como era una cría (...), acompañaba a los compañeros y decían que conmigo pasaban más desapercibidos”. Sin embargo, y pese que exponía su vida como los demás, Lina tuvo problemas con algunos de sus compañeros varones. “Una cosa que me hizo mucha gracia fue que pedí el ingreso en el Partido, pero me dijeron que era demasiado joven. Es decir, que para eso me encontraban demasiado joven, y no lo era para hacer todas aquellas cosas que me hacían hacer (en la Resistencia)”. [16] A veces, los compañeros varones tampoco veían con buenos ojos la presencia de las mujeres en la guerrilla. Regina Arrieta recuerda su experiencia al llegar al maquis: “Allí fui acogida con toda naturalidad y afecto, menos por un oficial de la Marina española Republicana, que no toleraba la presencia de las mujeres en la guerrilla”. [17]Pese a estas reticencias, algunas mujeres ocuparon puestos importantes en el organigrama guerrillero como la nombrada Regina Arrieta, que perteneció a la dirección de la MOI (Mano de Obra Inmigrada) en Toulouse [18] o Nati Molina “La Peque” y Carmen (otra mujer sin apellido), que formaban parte del Estado Mayor de la Agrupación de Guerrilleros Españoles y que se encargaban de asegurar la comunicación entre las diferentes unidades. Sin embargo, no se tiene recuerdo de ellas y sus nombres se han esfumado como el de otras muchas en el tiempo. [19]

Mujeres jóvenes, anónimas, procedentes de las capas populares, que se vieron inmersas en el torbellino de cambios sociales, culturales, económicos y políticos que trajo la República de 1931. Mujeres que se vieron forzadas a un exilio que las condujo a un nuevo frente, el que se libraba en Europa contra el fascismo internacional. Su labor como enlaces fue fundamental. Aseguraban las comunicaciones entre los diversos grupos guerrilleros. Recorrían a veces más de 100 kilómetros para transportar un parte o una orden militar, llevar municiones, armas, dinero, cartillas de racionamiento, etc. Como los autobuses eran lugares muy peligrosos y sometidos a constantes inspecciones, la mayoría de las veces recorrían largas distancias a pie o en bicicleta. La labor de enlace requería una gran resistencia moral y física. Los enlaces eran los que más se exponían y corrían el peligro de ser torturados en caso de detención. Además, las mujeres enlaces no llevaban armas y, a veces, sólo tenían piedras para defenderse de las pistolas. [20


Las mujeres también eran utilizadas para transportar explosivos, que servían para destruir más tarde vías férreas y postes eléctricos. Luisa Alda recuerda cómo guardaba en el carrito de su niña materiales explosivos que luego se utilizaban para destruir vías de comunicación. Y todo con el único objetivo de escapar de los controles de la Gestapo. Las refugiadas españolas se encargaban también de mantener puntos de apoyo, refugios seguros donde los “quemados” -personas perseguidas por los nazis o la Milicia francesa- podían esconderse o curarse las heridas antes de regresar al maquis. En estos refugios se diseñaban además planes militares o se guardaban papeles falsos, salvoconductos o instrumentos para la impresión de octavillas o prensa clandestina. Los sabotajes tampoco estaban reservados a los hombres. Muchas mujeres realizaban sabotajes en las fábricas alemanas donde trabajaban. Soledad Alcón recuerda como para la conmemoración del armisticio de la Primera Guerra Mundial, decidieron celebrarlo con una serie de sabotajes en la fábrica. Ella se presentó voluntaria y paró todo el taller. [21]
 
Estación Internacional de Canfranc, era una de las rutas de huida de los judios a través del Pirineo Aragonés.

La presencia femenina también fue muy importante en las cadenas de evasión, una de las primeras formas de Resistencia contra el ocupante nazi. Muy pronto se crearon redes que ayudaban a personas perseguidas a atravesar por diversos pasos de montaña la frontera pirenaica. Sin duda, una de las redes más importantes y efectivas fue la creada por el anarquista oscense Francisco Ponzán, François Vidal en la Resistencia, que formaba parte de la red Pat O’Leary, organizada por los servicios secretos ingleses para sacar del territorio francés a los aviadores británicos que caían en Francia. Pilar Ponzán, hermana del fundador de la red, fue uno de los miembros de esta cadena junto a las también españolas Alfonsina Bueno Ester y Segunda Montero. [22

Como se puede apreciar por los testimonios que he expuesto durante mi intervención, la participación de las mujeres españolas en la Resistencia francesa fue amplia y variada. Pero pese a esta multiplicidad de actuaciones, su contribución a la liberación de Francia ha sido completamente obviada durante años. En un coloquio que se celebró en París en el año 1996, la vicepresidenta de la Federación de Asociaciones y Centros de Españoles Emigrantes en Francia (Faceef) y coordinadora del coloquio, Francisca Merchán, se preguntaba por esta cuestión: “¿Por qué hay todavía miedo a decir que las mujeres tomaron parte activa en la guerra y en la Resistencia (...)? [23] Hoy, casi nueve años después, la investigación sobre este asunto es todavía muy escasa y sus protagonistas, las mujeres, continúan siendo unas desconocidas, relegadas a la labor de meras auxiliares en una historia protagonizada por los hombres. “Para ellos, los honores; para nosotras, el olvido”, comenta con amargura Regina Arrieta. [24

De este olvido han tratado de rescatarlas otras mujeres. Fundamental, sin duda, para conocer en primera persona el relato de estas resistentes el libro de Neus Catalá, que les da voz a todas ellas. O los testimonios recogidos por otra mujer resistente Tomasa Cuevas; o los trabajos de Giuliana di Febo, Ingrid Strobl, Antonina Rodrigo, María Fernanda Mancebo, Pilar Domínguez, Mary Nash, Alicia Alted... [25]
Sus compañeros varones, preocupados durante algún tiempo por su propio olvido, descuidaron la importante labor de sus mujeres, que se convirtieron en las víctimas de un nuevo silencio. El poeta asturiano José María Álvarez Posada, “Celso Amieva”, escribía una carta a su amigo Eduardo Pons Prades para que incluyera en su libro un poema, que sirviera de homenaje a las mujeres que reconocía “con frecuencia hemos olvidado”. “Sin ellas, bien lo sabes”, proseguía, “nosotros, los valientes, los heroicos guerrilleros, nos hubiéramos hundido moralmente más de una vez y, en el plano digamos operacional, pegado más morradas que pelos tenemos en la cabeza. Por eso te envío estos versos dedicados a las muchachas del maquis”. Las primeras líneas de su poema dicen: 

 “Quiero nombrar aquí a las compañeras abnegadas y anónimas, enlaces y escuchas, auxiliares y guerrilleras o heroicas enfermeras, valientes y eficaces”. [26]

Como sus compañeros varones, sufrieron las penurias de los campos de concentración franceses, los peligros de la vida clandestina y la Resistencia. Fueron detenidas, torturadas, ejecutadas y conducidas al infierno de los campos de exterminio nazis, donde muchas encontrarían la muerte. Y, sin embargo, continúan siendo las grandes desconocidas de una historia que todavía está por escribir.

Notas

[1] Un estudio completo de las distintas oleadas migratorias se puede encontrar en RUBIO, J., La emigración de la Guerra Civil 1936-1939. Historia del éxodo que se produce con el fin de la II República Española, Madrid, Editorial San Martín. 3 vols.,1977.
[2] Titulares de la prensa francesa citados en DREYFUS-ARMAND, G., El exilio de los republicanos españoles en Francia, Barcelona, Crítica, 2000, pág. 48 y 49
[3] Testimonio de Rosa Laviña, recogido por SORIANO, A., Exodos. Historia oral del exilio republicano en Francia, 1939-1945, Barcelona, Crítica, 1989, pág. 174.
[4] ALTED, A., “El exilio republicano español de 1939 desde la perspectiva de las mujeres”, Arenal, número 2, 1997, pp. 223-238.
[5] SECUNDINO, S., La última gesta. Los republicanos que vencieron a Hitler (1939-1945), Madrid, Aguilar, 2005, pág. 399.
[6] CATALÁ N., De la resistencia y la deportación. 50 testimonios de mujeres españolas, Barcelona, Adgena, 1984, págs. 16 y 17.
[7] Ibidem
[8] Idem, pág. 54
[9] RODRIGO A., Mujer y exilio 1939, Barcelona, Flor de Viento, 2003, pág. 215
[10] YUSTA, M., Guerrilla y resistencia campesina. La resistencia armada contra el franquismo en Aragón (1939-1952), Zaragoza, Prensas Universitarias de Zaragoza, 2003, pág. 83
[11] STROBL, I., Partisanas. La mujer en la resistencia armada contra el fascismo y la ocupación alemana (1936-1945), Barcelona, Virus Editorial, 1936, pág. 29
[12] RODRIGO, A., Op. Cit., pág. 21
[13] MARTIN, J., Y CARVAJAL, P., El exilio español (1936-1978), Barcelona, Planeta, 2002, pág.171
[14] CATALA, N., Op. Cit., pág. 54
[15] CATALA, N., Op. Cit., pág. 70
[16] CATALA, N., Op. Cit., pág. 76
[17] CATALA, N., Op. Cit., pág. 54
[18] CATALA, N., Op. Cit., pág. 55
[19] SERRANO, S., Op. Cit, pág. 407
[20] CATALA, N., Op. Cit., pág. 44
[21] CATALA, N., Op. Cit., pág. 43
[22] Sobre la red Pat O’Leary véase TELLEZ, A., La red de evasión del grupo Ponzán. Anarquistas en la guerra secreta contra el fascismo y el nazismo, Virus, Barcelona, 1996 y PONZAN, P., Lucha y muerte por la libertad. Memorias de nueve años de guerra: 1936-1945. Ed. de la autora, Barcelona, 1996
[23] Actas del coloquio organizado por la Faceef los días 9 y 10 de junio de 1995 en el Instituto Cervantes de París. Memorias del olvido, La contribución de los españoles a la Resistencia y a la liberación de Francia (1939-1945), París, Faceef, 1996, pág. 161
[24] CATALA, N., Op. Cit., pág. 56
[25] CUEVAS, T., Mujeres de la Resistencia, Barcelona, Siroco, 1986; CUEVAS, T., Mujeres de las cárceles franquistas, 2 vols.; I, Madrid, s/a; II. Barcelona, 1985; DI FEBO, G., Resistencia y movimiento de mujeres en España (1936-1976), Barcelona, Icaria, 1979 ; MANCEBO, M.F., “Las mujeres españolas en la Resistencia francesa”, Espacio, Tiempo y Forma, Serie V, 1996, págs. 239-256; DOMINGUEZ, M.P., Voces del exilio. Mujeres españolas en México, 1939-1950, Madrid, Dirección General de la Mujer, 1994; NASH, M., Rojas. Las mujeres republicanas en la Guerra Civil, Madrid, Taurus, 1999.
[26] PONS PRADES, E., Republicanos españoles en la Segunda Guerra Mundial, Barcelona, La Esfera de los Libros, 2003, pág. 26

(fuente: ciudaddemujeres.com)

Para saber más:

 
Testimonios de mujeres en la Resistencia Francesa

Les femmes et la Résistence: une histoire oubliée

L'oubli des femmes dans l'historiographie de la Résistance (Clio Revue, 1995)


Rendre leur place aux femmes dans la Résistance