El apartheid fue un acto de racismo practicado en
Sudáfrica durante muchos años, pero en 1948 tomó forma jurídica al ser
respaldado por leyes promulgadas a tal efecto.
Una ley promulgada en 1950 reservaba ciertos distritos en
las ciudades donde sólo podían ser propietarios los blancos, forzando a los no
blancos a emigrar a otros lugares. Las leyes establecieron zonas segregadas
tales como playas, autobuses, hospitales, escuelas y hasta bancos en los
parques públicos. Los negros y demás gente de color debían, por otra parte,
portar documentos de identidad en todo momento y les estaba prohibido quedarse
en algunas ciudades o incluso entrar en ellas sin el debido permiso.
Antes del Apartheid ya existía separación racial. Seria
injusto decir que todos los afectados, tanto mujeres como hombres, estaban de
acuerdo con estas leyes y que no opusieron resistencia. Muchas mujeres (con
independencia de su color o religión) adoptaron una postura crítica y
reivindicativa respecto a estas leyes.
Ray Alexander Simons (1913-2004) |
En este contexto nació la Federación de Mujeres
Sudafricanas, el 17 de abril de 1954. Fue el primer intento de crear una
asociación que englobara a una base amplia de mujeres. Su fundadora Ray
Alexander Simons junto a Helen Joseph, Lilian Ngoyi y Rahima Moosa formó el
comité directivo de la organización.
A la conferencia de fundación asintieron 146 delegadas en
representación de 230.000 mujeres. Entre las asistentes había representantes
sindicales de las industrias textiles, alimentarias y conserveras. También
enfermeras y maestras. Menos del 1% de las mujeres trabajaba en el sector de la
producción, es decir, que las sindicalistas representaban un porcentaje de
mujeres muy pequeño, pero su aportación fue muy valiosa. Ya que aportaron
técnicas de organización y movilización para la lucha. Pero la mayoría de las
mujeres que se unieron a la federación procedían de otras organizaciones políticas blancas, sindicatos, grupos de mujeres negras, de color e indias.
Entre los estatutos de la federación se subrayó lograr
trabajo para todas las mujeres sudafricanas con el fin de lograr la plena
igualdad, independientemente de color o credo, y trabajar también para la
protección de las mujeres y los menores.
Aunque la federación reconoció su tarea principal la lucha por la liberación nacional, advirtieron que esta no se ganaría sin la plena participación de las mujeres, que continuaban consideradas menores perpetuas estando bajo la tutela de sus padres o maridos. Las propiedades de las mujeres y la gestión de sus ingresos no dependía de ellas, las creadoras de la Carta de las Mujeres expusieron estas realidades y recalcaron que la legislación sobre el matrimonio y las relaciones africanas vigentes ya no representaban las realidades existentes, estas leyes se habían convertido en un freno para la mujeres y en conjunto para la sociedad. Creían que parte del peso de ese freno residía en una mayoria de población masculina que negaba para las mujeres los derechos y privilegios que exigían para ellos.
La carta concluía que las mujeres tenían que enseñar a
los hombres que no podían aspirar a superar los males de la discriminación y
los prejuicios si no se extendía a las mujeres la igualdad completa tanto en la
legislación como en la práctica.
Estas exigencias de la Carta de la Mujer se incorporaron
a la Carta de la Libertad aprobada por el Congreso del Pueblo en Kliptown en
1955.
Fuente : Lidón Caballero Guiral (Mooc Subvirtiendo esterotipos)
Monumento a la Carta de la Libertad en Kliptown |
Fuente : Lidón Caballero Guiral (Mooc Subvirtiendo esterotipos)
Para saber más:
Rachel "Ray" Alexander Simons (South Africa History Online. Towards a people's history)
Helen Joseph activista antiapartheid (Wikipedia)
Black History Month: LIlian Masediba Ngozi
Rahima Moosa activista antiapartheid
El apartheid de género
Mujeres sudafricanas denuncian los abusos sufridos por el apartheid