Páginas

lunes, 7 de abril de 2014

Rose Valland: la Generala del Arte



La reciente película protagonizada por George Clooney, Monument Men, ha dado a conocer al público, la historia de los expolios culturales y artísticos que fueron perpetrados por los nazis. Pero la recuperación de la mayoría de estas obras artísticas, tuvo su germen en la labor que realizó, Rose Valland. Esta experta en Bellas Artes, que trabajaba en en Jeu de Paume en el momento de la invasión, fue la persona que la clave para la recuperación de las obras expoliadas.
Rose Valland
En 1932 ingresó como asistente sin sueldo en el Museo de las Escuelas Extranjeras Contemporáneas, con sede en el Jeu de Paume. Allí, a las órdenes del conservador André Dézarrois, participaría en la organización de diversas exposiciones y contribuiría a sus catálogos, a la vez que ejercía como crítica.


Su carrera se desarrollaba, a todas luces, en un ritmo ascendente y cualquiera habría presagiado para la muchacha un futuro brillante. Sin embargo, todo se trastoca, en septiembre de 1938, cuando Dézarrois causa baja por enfermedad y Jacques Jaujard, subdirector de los Museos Nacionales y de la Escuela del Louvre, encarga a Rose Valland la seguridad de las colecciones. Cuando un año más tarde Francia declara la guerra a Alemania, Rose ha puesto a buen recaudo todos los fondos, enviando una tercera parte a Chambord y escondiendo el resto en los sótanos, de modo que, cuando los alemanes entran en París en junio de 1940, el Jeu de Paume no era más que un edificio vacío ocupado por una frágil mujer de pelo corto y anteojos redondos.

Los invasores pensaron que era un sitio idóneo para instalar la sede del ERR (Ensatzstab Reichsleiter Rosenberg), la organización cultural del partido nazi que tenía como objetivo, por una parte, la destrucción de toda creación artística considerada aberrante y, por otro, la expropiación de todas las obras de arte de los países sometidos y de las colecciones de familias judías, francmasónicas u hostiles al Reich. Así, durante los cuatro años que duró la ocupación, las salas del museo se convertirían en un almacén por el que fueron pasando miles de objetos artísticos antes de ser trasladados a los destinos que se les decretaban: los museos alemanes o las colecciones privadas de los dirigentes nazis.
Los hombres de la ERR actuaban en París con impunidad absoluta y el propio Goering visitó el lugar en diversas ocasiones para llevarse trenes repletos de cuadros, esculturas y cerámicas. Pero los expoliadores no contaban con Rose Valland. Ella acudía cada día a su puesto de trabajo con el propósito de tomar nota de cada pieza que pasaba por el Jeu de Paume, indicando tanto su origen como el lugar al que era trasladado. Se llevaba a casa por las noches documentos que restituía por la mañana después de copiarlos; recuperaba de las papeleras los papeles de calco que habían empleado los ocupantes; consiguió fotografiar a cada uno de ellos. Sabía alemán, de modo que comprendía todas las conversaciones, pero además aprendió a descifrar sus códigos secretos.
Generalas del arte. La historiadora Rose Valland, espía fundamental en la conjura, y la especialista Edith Standen posan junto a parte del botín recobrado, antes de que las piezas fueran devueltas a Francia, en mayo de 1946. Edith sostiene una pieza asiria.

Al mismo tiempo que acumulaba miles de fichas y centenares de miles de datos, trasladaba sus informes a Jaujard, a la resistencia y a los aliados. Sin proponérselo, Valland se había convertido en algo parecido a una espía.

En agosto logró enviar a sus contactos en la resistencia una serie de informes gracias a los cuales pudieron detener en la estación de Aulnay sous Bois el último tren de obras de arte que la ERR pretendía hacer salir de París.
Rieles y mármol. Rescate de la escultura de Miguel Angel “Madonna de Burgos” (1503), en la mina de Altaussee, 1945.
Cuando el 26 de agosto de 1944 se produce la liberación de París, la misión de Rose Valland no termina. Las miles de notas que había ido acumulando sirven en primera instancia para que los aliados eviten el bombardeo de los lugares a los que las obras expoliadas han sido trasladadas. Luego, cuando en noviembre de ese mismo año se crea la Comisión de Recuperación Artística, Rose es nombrada Secretaria. Hasta 1949, su función será seguir, ya en Alemania, el itinerario de los convoyes que ella había descrito en sus fichas y recuperar el mayor número de obras posible. Se calcula en unas 60.000 las que la comisión pudo encontrar y en unas 45.000 las restituidas a sus propietarios legítimos en 1950.
Libro testimonio de Rosa Valland
Desde 1952 y hasta su jubilación en 1967, Rose Valland ocupó el puesto de conservadora en los Museos Nacionales y fue distinguida con numerosas condecoraciones internacionales. Luego, con su habitual discreción, aquella mujer reservada y frágil a quien la historia había convertido en heroína, se fue retirando de la vida pública y dedicó sus últimos años a seguir organizando sus miles de anotaciones.

Cuando Valland murió en septiembre de 1980, apenas si era ya conocida por el gran público.




Para saber más:


La dame du Jeu de Paume (en Centre Pompidu)

Restitution and Closure, Rose Valland

Qui connaît Rose Valland?

Salvando los tesoros en la línia de fuego 

Rose Valland: Pictures & Records 

MFAA (Monuments, Fine Arts, and Archives) Section The Monuments Men

1 comentario:

  1. Quina tasca més emocionant que va dur a terme, encara que segur que va passar moments de terror amb tots els nazis per allà al costat... gràcies per compartir la vida d'aquesta espia de l'art!

    ResponderEliminar

Gràcies per deixar el teu comentari.
Gracias por dejar tu comentario.