El 31 de marzo de 1872 nacia en Sant Petersburgo Aleksandra Kollontái.
Revolucionaria de primer orden: Fue la primera mujer que participó en
un gobierno y la primera en ejercer la función de representante de su
país en el extranjero. Pero destaca, sobre todo, por haber sido una de
las figuras más importantes de la revolución rusa y por su aportación
teórica y práctica a la lucha inseparable por el socialismo y la
igualdad de la mujer.
Tanto su vida como su obra merecen ser recordadas, pero de entre toda su obra, me quedo con este concepto: "la revolución empieza dentro de casa".
Y es que Aleksandra Kollontái tenia muy claro que la mujer, como madre,
es la transmisora de los roles, las tradiciones y la cultura en una
familia, así pues, dentro del hogar, las mujeres han de empezar su
revolución, su camino hacia la igualdad, inculcando y enseñando a los
miembros de su familia y a su descendencia la única verdad que nos hará
libres, que hombres y mujeres somos iguales.
Para saber más, puedes recuperar la entrada que le dedicamos en enero:
Aleksandra Kollontai
O leer algunos de sus escritos:
1907: Los fundamentos sociales de la cuestión femenina (extracto)
1911: Las relaciones sexuales y la lucha de clases
1913: El dia de la mujer
1918: El comunismo y la familia
1921: El primer subsidio (extracto "De la tempestad surgieron")
lunes, 31 de marzo de 2014
Efemérides: 31 de marzo, Aleksandra Kollontai
Apoyo la implementación de la perspectiva de género en los diferentes ámbitos de la vida, profesionales y especialmente en la comunicación.
Si el lenguaje es capaz de crear realidades, hay que saber comunicarlo.
viernes, 28 de marzo de 2014
28 de marzo: Virginia Wolf
Tal día como hoy, el 28 de marzo de 1941, Virginia Woolf
lleno los bolsillos de su abrigo con piedras, y entró poco a poco en el rio
Ouse para no salir más. A modo de despedida dejó dos cartas, una para su
hermana, y otra para su marido:
"Querido:
Estoy segura de que me vuelvo loca de nuevo. Creo que no puedo pasar por otra de esas espantosas temporadas. Esta vez no voy a recuperarme. Empiezo a oír voces y no puedo concentrarme. Así que estoy haciendo lo que me parece mejor. Me has dado la mayor felicidad posible. Has sido en todos los aspectos todo lo que se puede ser. No creo que dos personas puedan haber sido más felices hasta que esta terrible enfermedad apareció. No puedo luchar más. Sé que estoy destrozando tu vida, que sin mí podrías trabajar. Y sé que lo harás. Verás que ni siquiera puedo escribir esto adecuadamente. No puedo leer. Lo que quiero decir es que te debo toda la felicidad de mi vida. Has sido totalmente paciente conmigo e increíblemente bueno. Quiero decirte que… Todo el mundo lo sabe. Si alguien pudiera haberme salvado, habrías sido tú. No me queda nada excepto la certeza de tu bondad. No puedo seguir destrozando tu vida por más tiempo.
No creo que dos personas pudieran haber sido más felices de lo que lo hemos sido nosotros.
"Querido:
Estoy segura de que me vuelvo loca de nuevo. Creo que no puedo pasar por otra de esas espantosas temporadas. Esta vez no voy a recuperarme. Empiezo a oír voces y no puedo concentrarme. Así que estoy haciendo lo que me parece mejor. Me has dado la mayor felicidad posible. Has sido en todos los aspectos todo lo que se puede ser. No creo que dos personas puedan haber sido más felices hasta que esta terrible enfermedad apareció. No puedo luchar más. Sé que estoy destrozando tu vida, que sin mí podrías trabajar. Y sé que lo harás. Verás que ni siquiera puedo escribir esto adecuadamente. No puedo leer. Lo que quiero decir es que te debo toda la felicidad de mi vida. Has sido totalmente paciente conmigo e increíblemente bueno. Quiero decirte que… Todo el mundo lo sabe. Si alguien pudiera haberme salvado, habrías sido tú. No me queda nada excepto la certeza de tu bondad. No puedo seguir destrozando tu vida por más tiempo.
No creo que dos personas pudieran haber sido más felices de lo que lo hemos sido nosotros.
V."
Tras su muerte, la que es
considerada una de las mejores novelistas en lengua inglesa quedó relegada al
olvido hasta que en la década de los 70 se empezó a rescatar su obra. Su modelo
de mujer que se había revelado a la sumisión masculina había encandilado al
movimiento feminista. Así fue como se
empezaron a desempolvar obras como Mrs.
Dalloway, Las Olas, Orlando…
Pero su
contribución a la lucha por los derechos de la mujer, la encontramos en los
ensayos feministas recogidos en su libro Una habitación propia. Se
trata de una pequeña joya literaria, tanto por su valor simbólico, como por el hecho
que una mujer tan acomodada socialmente denunciara la situación del sexo femenino,
así como por la riqueza de las metáforas visuales, algunas de las cuales han
pasado a la historia de la literatura feminista. El libro recoge una serie de conferencias
que pronuncio Virginia Woolf en la Universidad de Cambrige, cuando se la invitó
para hablar sobre un tema en concreto : “las mujeres y la novela”.
Todo el mundo esperaba un
discurso erudito sobre las novelas británicas de moda, Woolf sorprendió al
público lanzando una pregunta al aire:
“¿que
necesitan las mujeres para escribir buenas novelas?”
Ella misma se respondió:
“todo lo
que necesitan las mujeres para escribir novelas es: independencia económica y
personal, es decir, una habitación propia…”
(fuente: Una habitación propia, ed. Seix Barral)
Virginia Woolf, 1939, en la National Portrait Gallery Gay Icons exhibition. Photograph: Gisèle Freund/National Portrait Gallery |
A partir de esta afirmación,
la autora inició un recorrido por la historia de la mujer y su dependencia del
hombre. Denunciando las dificultades que siempre han tenido las mujeres para
poder escribir, estudiar, leer o expresar su opinión. La sumisión económica y
social de la mujer respecto al hombre, la ha privado de cualquier cosa parecida
al tiempo libre, al tiempo para una misma, a la vida privada.
Pero lo realmente curioso
de esta obra, radica en el hecho que las libertades que reclama Virginia Woolf
para las mujeres de Londres de los años 30, son las mismas reivindicaciones que
perseguimos las mujeres a principios del siglo XXI.
Esta necesidad de reclamar
una independencia personal, es precisamente la mayor originalidad de Virginia
Woolf, y hace que sus proclamas feministas sean universales y atemporales.
Una habitación propia, ed. Seix barral
Biografia de Virginia Woolf (Wikipedia)
Vida y obras de Virginia Woolf (en Lecturalia)
Suicidas. Virginia Woolf (en Literaturas.com)
Virginia Woolf en el cine:
To the lighthouse (1983) de Colin Gregg.
Adaptación poco destacada del libro "Al Faro", que narra tres episodios indagando en la psicología de sus personajes. Con Paula Jacobs, Doreen Keogh, Rosemary Harris y Pippa Guard.
Orlando (1992) de Sally Potter.
Tilda Swinton protagoniza esta notable versión fílmica del libro homónimo. De gran fuerza estética, la película aborda un recorrido sexual por cuatro siglos en la historia de Europa desde una perspectiva feminista.
Tilda Swinton está acompañada por Billy Zane, John Wood y Lothaire Bluteau.
La Señora Dalloway (1997) de Marleen Gorris.
Los recuerdos sentimentales de Clarissa Dallowey en vísperas de la Primera Guerra Mundial. Con Vanessa Redgrave, Natascha McElhone, Rupert Graves y Michael Kitchen.
Las horas (The Hours) 2002 dirigida por Stephen
Daldry. El guion, escrito por David Hare,
es una adaptación de la novela homónima de Michael Cunningham, protagonizada por Nicole Kidman.
Apoyo la implementación de la perspectiva de género en los diferentes ámbitos de la vida, profesionales y especialmente en la comunicación.
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miércoles, 26 de marzo de 2014
María Dominguez, mucho más que la primera alcaldesa de España
Con el panorama actual es dificil creerlo, pero "haberlas haylas"! Por eso hoy quiero recuperar la figura de María Domínguez Remon. Quizá el nombre no sea tan conocido pero forma parte de la historia democrática de España. A principios de siglo, luchó por emancipar a la mujer, ilustrar a la población rural y por un futuro más justo. Tanto reivindicó que Franco, al principio de la dictadura, la silenció para siempre. Por cierto, María era aragonesa, de la Ribera Alta.
Construir la sociedad desde la educación. Este tópico socialista y universal fue el principio que rigió la vida de la aragonesa María Domínguez, una mujer fundamental que se erigió en la primera alcaldesa democrática de España, dirigiendo el Ayuntamiento de Gallur de julio de 1932 a febrero de 1933. No obstante, este hecho, importante pero anecdótico, no tendría que concentrar los logros de esta aragonesa para entrar en la historia reciente de España, pues su vida es la historia de la lucha por un ideal social, por conseguir salir del folclorismo rural de un pueblo pequeño para predicar en el desierto, por cambiar el rol de esposa y madre y convertirse, por ejemplo, en una de las primeras mujeres en escribir en periódicos nacionales. Quizá, el ser alcaldesa fue la única aventura por la que realmente no luchó.
María Domínguez nació en Pozuelo de Aragón en abril de 1882. Se formó autodidactamente y ya en su adolescencia escribía en periódicos locales. Atada a un marido impuesto y a la sumisión consiguiente, logró alcanzar un nivel cultural importante, suficiente para codearse con las grandes firmas femeninas del momento, tales como Concha Espina o Clara Campoamor. Representó el mejor ejemplo de superación personal y de amor colectivo, un ejemplo a la altura de los más grandes mártires del socialismo. Pero María nació en Aragón....
María Domínguez Remón era la segunda y última hija de una modesta familia campesina. Como todos los niños, trabajó pronto, vendimiando, espigando, arrancando trigo o cebada, cualquier labor que ayudase a la economía familiar. La educación estaba en manos de los municipios, que no tenían casi dinero. Ella, no obstante, se escapaba cuando podía a leer, recibiendo críticas de su madre por hacer cosas “poco femeninas”. Así pasó la juventud, hasta que sus padres le concertaron un matrimonio, algo normal entonces para incrementar las haciendas.
María, obviamente, no estaba hecha para esa situación y, tras siete años de malos tratos, huyó por el monte con el dinero que le prestó una amiga. Su destino: Barcelona, una gran ciudad donde esconderse. Sin documentación, ni títulos, ni papeles, tuvo que trabajar de sirvienta, pero su estancia en la capital catalana le sirvió para acabar de fraguarse intelectualmente y concienciarse a favor de la República.
Su marido la denunció basándose en una ley que obligaba a la mujer a estar siempre en el hogar y el gobernador civil de Zaragoza firmó la orden de búsqueda y detención. La policía no consiguió devolverla, hecho que sí consiguió su familia. Y así lo hizo pero, habiendo ahorrado dinero, rompió su matrimonio y se fue a vivir sola. “No tengo que ser esclava de nadie”, decía.
Se compró una máquina de hacer medias y sobrevivió autónomamente en un ambiente rural, prejuicioso y nada afable. El pueblo estaba conmocionado mientras ella reivindicaba su feminismo y republicanismo, demostrando que una mujer podía subsistir sola. La necesidad de sobrevivir le había hecho fuerte por dentro. Comenzó a leer y escribir asiduamente, ganándose el recelo de sus convecinos. Con 32 años dejó a un lado el miedo a hacer públicas sus expresiones y envió un comentario a El País. Lo publicaron, cogió confianza y le aconsejaron que enviara más al Ideal de Aragón, órgano de expresión del recién creado Partido Republicano Autónomo Aragonés. Poco a poco, fue multiplicando sus escritos y ganándose un nombre, aunque seguía subsistiendo del trabajo manual en otros menesteres. Escribía de las libertades republicanas, de la moral imperante y del urgente fomento de la instrucción de las mujeres.
Periodico "El Pais" 24-03-1914 |
Fruto de su trabajo literario, su círculo de conocidos aumentaba y le llegaron ofertas para dar clases y dirigir una escuela en Navarra. Aunque estaba preparada, ella reconocía que no sabía la regla de tres y tuvo que ir a casa de un maestro amigo para aprender a enseñar, lo que le hacía caminar cuatro kilómetros dos veces al día. En ese periodo, la suerte fue esquiva con María y cayó enferma varias veces, lo que le privó de seguir con su vida intelectual. Decepcionada, volvió con sus padres al pueblo y los problemas con los vecinos se reiniciaron. A principios de los años 20 murió su marido; ya era libre. Tenía 44 años.
Tomó con cautela casarse otra vez, pero finalmente lo hizo en Zaragoza. En 1926, la iglesia de San Gil fue testigo de su unión con Arturo Romanos, también nativo de Pozuelo, pero que había hecho carrera de esquilador en Gallur. Arturo era progresista, compartía la pasión por difundir las ideas del socialismo y María estaba feliz. Así, se mudó a Gallur, ciudad importante, industrializada, un contexto más acorde con la vida que querían llevar. Una vez instalada, María dio clases particulares a niños, confeccionó colchas y siguió escribiendo.
A mediados de los años 20, ella se definía como socialista y no dejaba la escritura. Desde sus escritos en el seminario Vida Nueva defendía la República “de la vieja política”, combatía a “los enemigos de la democracia”, pregonaba por el papel activo de la mujer y denunciaba las injusticias cercanas. “Consagro mi vida a la República y no desmayaré aun cuando sufra desengaños”, decía. Complementando a su actividad literaria, y dentro de un todo combativo, María y su marido organizaron la sección sindical de la UGT, el sindicato socialista, antes de que finalizara la dictadura de Primo de Rivera.
En 1932, Gallur estaba en crisis y el gobernador civil de Zaragoza, consciente del peso adquirido por esa pueblerina ilustrada, llamó a María para presidir la comisión gestora que debía sustituir a la corporación municipal. Ella dudó, no tenía el respaldo de todos sus compañeros socialistas. No obstante, el 28 de julio de 1932 asumió el mandato, con el objetivo puesto en la educación que a ella se le había privado. María creía que la instrucción era el medio para reformar y modernizar la sociedad, por lo que buscó un lugar digno donde los niños dieran clase, obviamente, con erario público.
El 6 de febrero de 1933 tuvo que dimitir del cargo por una ley aprobada en el Congreso que sustituía las comisiones gestoras creadas con carácter transitorio. Se marchó satisfecha de su labor, pero desilusionada y cansada de tanta censura a sus desvelos por el municipio. Entonces, dejó la política activa y se centró en su familia. No abandonó sus ideas, pero aquí se pierde su pista. Nada más se sabe, salvo que un 7 de septiembre de 1936, vecinos de Fuendejalón la vieron descender de un camión con tres hombres más. Desde entonces, yace al pie de un ciprés en el cementerio de la localidad borjana. Tenía 54 años. Dicen que la persona que les iba a enterrar tuvo un último acto de “bondad” y sepultó a María en un lugar separado. Seguro que el gesto, por machista, no le habría gustado...
María trabajando con dos alguaciles |
La alcaldesa cenando en casa, con su marido |
Una feminista convencida
María Domínguez predicó la igualdad de sexos en un momento donde el rol de la mujer era de esposa y madre. Comentaba: “sólo una constante labor de propaganda feminista podría llevar a buen término el proyecto de conseguir la igualdad entre sexos”. A partir de la II República, la gente se empezó a tomar en serio que la mujer pudiera ocupar puestos del hombre y fueron algunas nacidas burguesas o de clase media las que abanderaron la conquista. María fue de las primeras en llegar ahí desde el medio rural, sin estudios y sin medios económicos.
En sus múltiples discursos, analizó la condición de la mujer a lo largo de la historia, “oprimida desde tiempo inmemorial por el hombre y por la Iglesia”. Contra esto, María sólo veía una solución: educación e instrucción. Y el socialismo era un régimen que podía ayudarlas, creía, en su afán por superarse. Por extensión, apostaba por mejorar las condiciones de vida del ser humano, tanto hombres como féminas, pero concluía una y otra vez que las más sufridas eran y habían sido ellas.
Fue de las primeras personas en postularse a favor de una primitiva Ley del Divorcio y del derecho de voto de la mujer, que otros izquierdistas criticaban porque decían que no lo sabrían utilizar o votarían a las derechas. Creía en compatibilizar los roles de mujer y madre con los de representante política, y pedía que el hombre asumiera parte de su culpa para con las mujeres y que ayudará a equiparar la situación. Unos discursos, todos ellos, muy avanzados para el contexto en el que le tocó vivir.
Su devenir político, aunque siempre en la izquierda, viró levemente durante su vida del republicanismo al socialismo. Al final, fue devota de la nueva figura de las izquierdas en España, de Pablo Iglesias. También es verdad que no cambió mucho sus ideales para hacerse socialista, ya que coincidían en la necesidad de erradicar la monarquía, modernizar el Estado, separarlo de la Iglesia, y de incentivar la cultura y el desarrollo educativo. El leitmotiv de su vida.
Fotografía de las alcaldesas y escrito de Manuel Casanova, 21/02/1933 |
Descansa bajo un ciprés en el cementerio de Fuendejalón |
Maria fue fusilada a principios de la Dictadura |
(fuente: Aragón Digital)
Para saber más:
La historia de las primeras alcaldesas de España (en Colomba)
La primera alcaldesa de España (Blogs del Heraldo)
Alcaldesas de la II República (I) (Lobera de Onsella)
Curiosidades:
En realidad la primera mujer alcalde o "alcalde femenino" fue Matilde Pérez Mollá.
En 1924 iniciaba su mandato en Cuatretondeta (Alicante) el primer “alcalde femenino” de España, como se decía entonces. En tiempos de la dictadura de Primo de Rivera, Matilde Pérez Mollá fue elegida por decisión del gobernador de Alicante, Cristino Bermúdez de Castro, regidora de este pequeño municipio agrícola que entonces no superaba los 500 habitantes.
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lunes, 17 de marzo de 2014
16 de marzo: Caroline Herschel, descubridora de cometas
Tal dia como hoy, hace 264 años, nacia Caroline Lucretia Herschel, una astrónoma alemana que vivió
también en Inglaterra. Trabajó con su hermano Sir William Herschel
ayudándole tanto en la elaboración de sus telescopios como en sus
observaciones. Se convirtió en la primera mujer que descubrió un cometa, y fue una de las pioneras de la astronomia europea.
Caroline Lucretia Herschel nació el 16 de marzo de 1750 en Hannover, Prusia (hoy Alemania), hija de Isaac Herschel y Anna Ilse Moritzen. Caroline enseguida mostró interés por las conversaciones que tenían lugar entre su padre y sus hermanos. En su afán de aprender, pronto encontró el apoyo de su padre, pero como contrapartida contó con la oposición de su madre, que en consonancia con las ideas de su tiempo, consideraba poco femenina toda ocupación que involucrase el pensamiento.
Caroline Lucretia Herschel nació el 16 de marzo de 1750 en Hannover, Prusia (hoy Alemania), hija de Isaac Herschel y Anna Ilse Moritzen. Caroline enseguida mostró interés por las conversaciones que tenían lugar entre su padre y sus hermanos. En su afán de aprender, pronto encontró el apoyo de su padre, pero como contrapartida contó con la oposición de su madre, que en consonancia con las ideas de su tiempo, consideraba poco femenina toda ocupación que involucrase el pensamiento.
Así pues, con mayor o menor disimulo, su padre empezó a hacer a
Caroline partícipe de sus conocimientos. Ella misma recuerda en sus memorias la
noche en que su padre le mostró las primeras constelaciones, así como un
cometa que entonces era visible. Poco imaginaba Caroline que ella se convertiría
en la primera mujer en la Historia en descubrir un cometa.
Cuando los franceses ocuparon Hannover en 1757, su padre marchó a
la guerra; por otra parte su hermano William Herschel, con
quien Caroline compartía sus inquietudes astronómicas, emigró a Inglaterra
como músico. Con lo cual Caroline quedó bajo la tutela de su madre que la envió
a aprender a hacer punto y cercenó por el momento sus posibilidades de
dedicarse a la astronomía o a cualquier actividad de índole intelectual.
Debido a la malformación que le produjo el tifus a los 10 años
(medía escasamente 1,30m) pronto desistió Caroline de intentar contraer
matrimonio (y efectivamente nunca lo hizo, con lo cual conservó siempre el
apellido Herschel). Así pues, su deseo de independizarse sólo se vio realizado
cuando, a la edad de 22 años, su hermano William la llevó con él a
Inglaterra. Así, mientras se ocupaba del mantenimiento de la casa de William,
pudo retomar sus dos grandes aficiones: la música y la astronomía. Respecto de
la primera, llegó a ser una destacada soprano.
Y respecto de la segunda, pronto empezó junto con su hermano a
pulir espejos para la construcción de telescopios, y a ayudarle también en la
catalogación y revisión de sus observaciones, aplicando para ello los
conocimientos matemáticos que había podido adquirir. En poco tiempo pasó de
discípula de su hermano a colaboradora.
Ambos se dedicaban, pues, a la astronomía como aficionados,
mientras William seguía trabajando como músico. Cuando éste realizó en 1781
el descubrimiento del planeta Urano, el rey Jorge III de
Inglaterra le concedió un sueldo de 200 £ anuales que le permitió dedicarse
plenamente a la astronomía, con lo cual también Caroline tomó esta dedicación.
Para William fue una ayuda inestimable el tratamiento matemático
que su hermana hacía de los datos por él obtenidos. De hecho, sólo cuando
William estaba de viaje podía Caroline dedicarse plenamente a sus propias
observaciones, y así fue como comenzó a hacer sus primeros descubrimientos de
nebulosas. Varios objetos de cielo profundo había encontrado ya, cuando llegó,
el 1 de agosto de 1786, el primer cometa que Caroline descubrió.
Ello le valió un sueldo de 50 £ anuales por parte de Jorge III, y el
reconocimiento de las autoridades científicas de la época, que acogieron, con
recelo unos y con admiración otros, algo tan inédito como el trabajo científico
de una mujer.
Continuó durante años su labor de catalogación de nebulosas
(donde el término se refiere más exactamente a objetos de cielo profundo, pues
algunos de ellos resultaron posteriormente ser galaxias), calculando las
posiciones de sus descubrimientos y de los de su hermano. Sus cálculos fueron
siempre de una notable exactitud.
Los objetos de cielo profundo por ella descubiertos fueron incluidos
en el catálogo que elaboró William, y actualmente figuran en el New General
Catalogue con los números NGC 205, 225, 253, 381, 659, 891, 2349,
2360, 2548, 6633, 7380 y 7789. Ello incluye nebulosas, galaxias
espirales e irregulares y cúmulos abiertos.
Curiosamente, dos de estos hallazgos son "Objetos Messier"
descubiertos independientemente. Es el caso de M48, cúmulo
abierto en Hydra. Cuando Charles Messier lo descubrió en 1771
registró su posición erróneamente, con lo cual el objeto se "perdió"
hasta que fue nuevamente descubierto y correctamente registrado por Caroline
Herschel, e incluido en el catálogo de William Herschel como H VI.22.
El otro objeto al que nos referimos es M110: una de
las dos galaxias irregulares satélites de la de Andrómeda. Messier no lo
incluyó originalmente en su catálogo, posiblemente por inseguridad respecto de
su observación, y por tanto Caroline Herschel lo desconocía y lo redescubrió
en 1783, diez años más tarde que Messier.
Además de esto, descubrió ocho cometas en total entre 1786
y 1797. Posteriormente se dedicó a revisar y ordenar el catálogo
estelar de John Flamsteed y en 1798 envió a
la Royal Astronomical Society su «Índice de Observaciones de
Estrellas Fijas de Flamsteed», con una lista de 560 estrellas que éste
había omitido.
Cuando William contrajo matrimonio se redujo la colaboración entre
ambos hermanos. Sin embargo Caroline tuvo después un importante papel en la
educación de John Herschel, hijo de William, que continuaría
la saga familiar de astrónomos.
Tras la muerte de William en 1822, Caroline regresó
a su ciudad natal, Hannover. Durante esta época su trabajo fue más de
catalogación que de observación. En 1828 le fue concedida la
medalla de oro de la Royal Astronomical Society de Inglaterra, por su catálogo
de 2500 objetos de cielo profundo. Para esta época era ya una celebridad en el
mundo científico, recibiendo visitas de los más eminentes personajes como el
propio Karl Friedrich Gauss. En 1835, cuando
contaba 85 años de edad, recibió el nombramiento de miembro honorario de la Royal
Astronomical Society.
Junto con la también matemática y astrónoma Mary
Somerville, fue la primera mujer en ingresar en dicha Academia. El
nombramiento honorario se debió a que ser miembro de pleno derecho estaba
vetado a las mujeres.
Tres años más tarde fue miembro de la Royal Irish Academy,
y en 1846, con motivo de su nonagésimo sexto cumpleaños, el
rey de Prusia le otorgó la Medalla de Oro de la Ciencia.
Caroline Herschel vivió 98 años, conservando hasta entonces una
salud física y mental fuera de lo común.
Posteriormente, en 1889, fue bautizado en su honor
el asteroide Lucretia (segundo nombre de Caroline), y en el
siglo pasado, el cráter lunar C. Herschel, al borde del Mare
Imbrium.
-
Luna: cráter C.Herschel (Ø13km, 34.5N 31.2W)
-
Asteroide 281 Lucretia(fuente: Alda, Asociación Larense de Astronomia)
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jueves, 13 de marzo de 2014
Maruja Mallo, la feminista que no quiso serlo
Sin duda fue una de las
mujeres que abrieron el camino que otras seguirían en décadas
posteriores, pese a que no lo había hecho de una manera planeada. Podría
decirse que fue un feminista que nunca
quiso serlo. Sin procurarlo conscientemente, su vida es un ejemplo de
como una mujer puede decidir su propio destino y hacer cosas que la
mayoría de las mujeres de la época no podían soñar.
María Zambrano dijo de ella: ”cometió uno de los errores más destructivos e imperdonables: ser libre”. |
María Gómez González, más conocida por el seudónimo de Maruja
Mallo, nació en Viveiro (Lugo) el 5 de enero de 1902 y falleció en
Madrid el 6 de febrero de 1995.
Perteneciente a una familia de buena
posición, se inicia en el dibujo a edad muy temprana copiando
ilustraciones de las revistas de la época. En 1922, al trasladarse su
familia a Madrid, tanto ella como su hermano Cristino ingresan en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Es una
etapa que no repudió: «Me interné cuatro años en la Academia. Tenía
a Romero de Torres de ropajes, a Benedito de colorido, a Moreno
Carbonero de dibujo, a Rafael Doménech de historia del arte.
Hoy hablas con cualquiera que expone y no sabe nada de arte antiguo.
Sólo se puede superar una civilización o un yo cuando se tiene un
conocimiento total y entonces saltas por encima de esos conocimientos y
llegas al auténtico que es el inconsciente, pero si no conoces nada no puedes llegar a ningún sitio», diría a Escribano en 1982.
Maruja Mallo y Rafael Alberti en Puerto Santa Maria |
En Madrid, su compañero de estudios Salvador Dalí la introduce en el ambiente de la Residencia de Estudiantes, donde encontrará a quien será su pareja intermitente entre 1925 y 1931: Rafael Alberti. También conoce entonces a dos personas de enorme influencia a lo largo de toda su vida: María Zambrano y Concha Méndez.
La Verbena 01 |
En 1928 se produce su encuentro con José Ortega y Gasset. Crea algunos dibujos para la Revista de Occidente
y realiza su primera exposición, de gran trascendencia en su momento
(aunque Juan Pérez de Ayala recuerda que ya había expuesto anteriormente
en Avilés, donde pasó su adolescencia, y en Gijón), en la que se
incluye su serie Verbenas pintada, según escribió entonces Francisco Ayala, por «un sentido jovial de la vida». Para
García Lorca: «Estos cuadros son los cuadros que he visto pintados con
más imaginación, con más gracia, con más ternura y con más sensualidad».
Maruja Mallo y Josefina Carabias con Antro de fósiles 1931 |
En 1932 expone en París la serie surrealista Cloacas y campanarios, de la que Juan Ramón Jiménez critica abiertamente, y por contra, André Breton compra
una de sus piezas: «André Breton, el jefe surrealista, se
presenta con sus entorchados y sus charreteras en el estudio de la
pintora y compra un cuadro titulado Espantapájaros», escribirá Gómez de la Serna.
Un año después conoce al uruguayo Joaquín Torres García, junto a quien
profundizará en el estudio de la geometría y de los estudios sobre la
proporción áurea del príncipe rumano Matila C. Ghyka, de tanta
relevancia para su trabajo posterior.
Maruja Mallo, 1927 |
Los años inmediatamente anteriores a la Guerra Civil
los pasa como profesora de la Escuela de Cerámica y trabajando sobre
temas sociales –a lo que no es ajena su amistad con Miguel Hernández- y las Arquitecturas minerales y Arquitecturas vegetales, que los críticos emparentan con la Escuela de Vallecas. A este respecto hay que recordar su excelente relación con Benjamín Palencia y Alberto Sánchez.
La ciclista (Concha Méndez) 1927 |
También colabora con Rodolfo Halffter en los decorados y escenografía de la ópera Clavileño –ya había hecho lo propio con El ángel cartero de Concha Méndez y varias obras de Alberti-, y presenta Sorpresa del trigo
en la exposición organizada en mayo de 1936 por ADLAN (Amigos de las
Artes Nuevas) en Madrid.
Mensaje del mar, 1937 |
Desde Galicia, donde se encuentra al inicio de la guerra con las Misiones Pedagógicas, se desplaza a Buenos Aires en principio como conferenciante invitada por la asociación de Amigos del Arte y con Gabriela Mistral, embajadora en Lisboa, como mediadora,
pero su estancia se extiende hasta 1961, interrumpida sólo por algunas
temporadas en Chile y Uruguay. Esta vez es el entorno de la revista Sur quien la acoge.
En 1942 Ramón Gómez de la Serna publica la monografía Maruja Mallo en la editorial Losada,
donde hace un recorrido por su evolución artística.
Pablo Neruda y Maruja Mallo. Chile 1945. |
Con Pablo Neruda viaja a la isla de Pascua en 1945, y es el tiempo en que inicia la serie Naturalezas vivas. Es también ahora cuando crea el mural hoy destruido del cine
Los Ángeles de Buenos Aires. En 1947 intenta realizar otros murales
para la Fundación Rockefeller y los Estudios Metro Goldwyn Mayer, pero
el proyecto no se lleva a efecto.
Cabeza de mujer (cabeza de negra) 1946 |
En cambio logra el Primer Premio de
Pintura de la XIII Exposición de Nueva York en 1948. En 1949 publica Arquitecturas, cuyo prólogo escribe Jean Cassou.
Los años 50 son de una retirada de la vida pública,
aunque expone sin mucha trascendencia en París, Uruguay y Buenos Aires y
crea parte de las series de Cabezas de mujer y Máscaras. José Luis Ferris, en su biografía Maruja Mallo. La gran transgresora del 27
(2004) titula este periodo como «Malos tiempos para una diosa» y
explica cómo la inestabilidad política y económica de Argentina puede
estar relacionada con este retiro.
En 1961 hay un primer regreso a Madrid, que puede
considerarse definitivo a partir de 1962. En 1967 obtiene el Premio
Estrada Saladrich en la Bienal Internacional de Pintura de Barcelona y desde los años 70 se convierte en una presencia fundamental de los ambientes artísticos madrileños, aunque más por su pasado que por sus nuevas obras que pocos ven: las series Moradores del vacío y Viajeros del éter.
Como escribe Estrella de Diego: «Fascinaba encontrar a esa mujer que venía de ese tiempo suspendido, tan moderna, tan de ultramar, tan vanguardista. Y se pensó que, si no llegó a ser surrealista
hubiera podido ser una surrealista impecable. Aunque, seguramente, de
haberlo sido, no hubiera recibido el apoyo de Ortega, cuyas posiciones
nunca fueron favorables al movimiento. Quizás llamamos surrealista a Maruja Mallo porque no supimos cómo llamarla, porque su viveza personal y pictórica nos dejó, a nosotros también en plenos años ochenta, sin etiquetas convincentes».
(fuente: Shirley Mangini, Maruja Mallo y la vanguardia española. Ed. Circe, 2012.) Para saber más:
Maruja Mallo (en Capitulo Aparte, art. Periodico ABC)
A feminista que non quixo selo (art. El País, Galicia)
Maruja Mallo:pintora libertaria y mujer irreductible (en ¡Déjenme vivir! )
Maruja Mallo y Rafael Alberti, un amor creativo y un olvido premeditado (en Arrinconarte)
Fuera de orden. Mujeres de la vanguardia española (en Biblioteca de mujeres artistas)
Bibliografia:
Ferris, José Luís: Maruja Mallo: la gran transgresora del 27. Ed. Temas de Hoy, Madrid, 2004.
Mangini, Shirley: Maruja Mallo y la vanguardia española. Ed. Circe, Madrid, 2012.
VVAA: Fuera de orden. Mujeres de la Vanguardia Española. Catálogo de la exposición. Fundación Cultural MAPFRE VIDA, Madrid, 1999.
Apoyo la implementación de la perspectiva de género en los diferentes ámbitos de la vida, profesionales y especialmente en la comunicación.
Si el lenguaje es capaz de crear realidades, hay que saber comunicarlo.
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