Teresa Claramunt Creus de profesión tejedora en
un fábrica textil, fue una luchadora infatigable a favor de los trabajadores
(hombres y mujeres) y pionera de las reivindicaciones feministas. Defensora de la educación y el asocionimo femenino, fue la creadora del primer sindicato de mujeres.
Teresa Claramunt Creus |
La Sección
Varia de Trabajadoras Anarco-colectivista y la Sociedad Autónoma de Mujeres de
Barcelona
En 1883 se produce una oleada de reivindicaciones
femeninas en el campo libertario, a consecuencia de un importante juicio contra
16 tejedoras del pueblo del Carme, cerca de Igualada, condenadas por haber
agredido a unas mujeres que no habían secundado la huelga. Una de las obreras
fueron objeto de una campaña de solidaridad en la prensa obrera y evocadas como
mártires (ya que una de ellas murió tras su paso por prisión).
Obreras en la Casa de la Caritat, 1911 |
En este contexto, se crea en Sabadell el 26 de
octubre de 1884, una Sección Varia de Trabajadoras Anarco-colectivistas. Entre
la promotoras, Teresa Claramunt, defensora del asociacionismo femenino como
medida fundamental para defender y reivindicar los derechos de la mujer. La
Sección contaba con tres comisiones, Organización, Propaganda y Administración.
Además se cotizaba una cuota mensual de 50 cts de peseta, con el objetivo de
establecer la solidaridad entre las federadas. La presidenta fue Federación López
Montenegro, y las secretarias Teresa Claramunt y Gertrudis Fau.
Al día siguiente de su formación, Teresa
Claramunt proponen un plan de fomento solidario de la instrucción, la propuesta
es acogida con gran entusiasmo por las asistentes, y se impulsa un servicio
para “coadyuvar a la emancipación de los
seres de ambos sexos”. A partir de este momento su activismo dentro del
movimiento obrero fue imparable.
Y es que para Teresa Claramunt la educación era
la condición previa más importante para la emancipación de la mujer, ya que la
ignorancia es un medio tanto para tenerla sometida como para justificas su
sometimiento:
“¡Madres a
educar a vuestros hijos!, decís vosotras en vuestra protesta, y yo digo ¡Compañeras,
a educaros y a asociarnos nosotras, para enseñar a nuestros hijos el camino que
han de seguir”
Siguiendo su línea de carácter feminista
asociativo, en 1891 intenta crear un sindicato femenino, la Agrupación de Trabajadoras de Barcelona.
A la primera reunión de la asamblea acudieron muchas obreras, todas afiliadas a
la AIT, de diferentes ramos. Con intención de preparar el 1º de Mayo,
organizaron un mitin el 26 de abril de 1981 en el Teatro Circo Barcelonés,
donde se trataron problemas laborales, de oficios, sueldos, etc. En la asamblea
participaron una total de 47 gremios y grupos femeninos, y se acordó la
creación de una asociación autónoma de mujeres, la Agrupación
de Trabajadoras de Barcelona.
Esta asociación excluia explícitamente a los hombres en la dirección, administración o la representación de la asociación. Aparentemente esta propuesta no logró convencer a las organizaciones existentes (CNT y AIT), pero el éxito de sus planteamientos tuvo repercusión en las organizaciones y grupos anarquistas femeninos posteriores.
Esta asociación excluia explícitamente a los hombres en la dirección, administración o la representación de la asociación. Aparentemente esta propuesta no logró convencer a las organizaciones existentes (CNT y AIT), pero el éxito de sus planteamientos tuvo repercusión en las organizaciones y grupos anarquistas femeninos posteriores.
Esta organización representa uno de los primeros
pasos para la creación de asociaciones de mujeras obraras que defienden tanto
la lucha social como la emancipación de la mujer. Habrá que esperar hasta 1936
para encontrar la primera asociación de este tipo, Mujeres
Libres, la organización feminista anarquista.
Fuente: Maria Amalia Pradas Baena, Teresa Claramunt, la virgen roja barcelonesa. Virus editorial, Barcelona, 2006
Algunos
datos de su vida
Pertenecía a una familia de trabajadores
textiles, y siendo una niña empezó a trabajar en una fábrica en Sabadell.
Recibió una formación muy básica, pero sus ganas de aprender y sus inquietudes
la motivaron para continuar sus estudios fuero del horario laboral y por su
propia cuenta.
En 1883, con tansolo 21 años, participa en la Huelga de las siete Semanas, en la cual
se reivindicaba la jornada de trabajo de 10 horas. Un año después en Sabadell fue
cofundadora de la Sección Varia de Trabajadores Anarco-colectivistas de Sabadell. Y
junto con Ángeles López de Ayala y Amalia
Domingo impulsó en 1892 la primera sociedad feminista española, la Sociedad
Autónoma de Mujeres de Barcelona.
Teresa con su familia |
Fue detenida después de la explosión de unas
bombas en el Liceo de Barcelona en 1893, y de nuevo fue
arrestada durante la represión del Proceso de Montjuic (1896), durante el cual fue
golpeada brutalmente, lo que le dejó secuelas para el resto de su vida. A pesar
de no ser condenada por ningún delito, después del juicio fue desterrada y vivió en Paris y luego en Inglaterra
hasta el año 1898.
Desde joven le gustaba escribir, y colaboraba con
la prensa anarquista de la época, denunciando las injusticias a las que sometían
a la clase obrera. Al regresar de su exilio fundó la revista El Productor
(1901) y participó activamente en las reivindicaciones sociales de principios
del siglo XX.
Colaboró en La Tramuntana, en La Revista
Blanca y dirigió el diario El Rebelde
durante 1907-1908.
En 1902 tomó parte en los mítines en solidaridad
con los huelguistas del metal y con los de la huelga
general de febrero de 1902. Fue nuevamente detenida después de los
sucesos de la Semana Trágica de Barcelona en agosto de 1909 y confinada en Zaragoza,
donde en 1911 impulsó la adhesión de los sindicatos locales a la CNT y también la huelga
general de 1911, lo que le supuso un nuevo encarcelamiento.
Ya muy enferma, la policía registró su piso tras
el atentado contra el cardenal Juan Soldevila y Romero en Zaragoza,
obra de Los Solidarios, el 4 de junio
de 1923,
buscando pruebas que la comprometiesen.
En 1924 regresó a Barcelona, pero la parálisis
progresiva la alejó de las actividades públicas. La madrugada del 11 de abril
de 1931, un día antes de que ciudadanos de toda España acudieran a las urnas
para elegir nuevos representantes municipales, falleció Teresa Claramunt. Fue
enterrada el mismo 14 de abril, el día de la proclamación de la Segunda República.
Fuente: Teresa Claramunt (Wikipedia)
Para saber más:
La virgen roja de Barcelona
Jornadas, salarios y costes laborales en el sector téxtil catalan (1891-1936)
El anarcofeminismo en España: las propuestas anarquistas de Mujeres Libres para conseguir la igualdad de géneros
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