jueves, 27 de noviembre de 2014

Maria Rúbies, política, profesora y reformadora del sistema educativo catalan


Maria Rúbies forma parte del día a día en la provincia de Lleida, hay un instituto que lleva su nombre, diferentes pueblos le han dedicado calles ... pero muchos desconocen que la hizo merecedora de este honor. Y es que Maria Rúbies fue una gran impulsora de cambios educativos y sociales. Todos los que la conocieron coinciden en que era una persona inteligente, capaz de romper barreras, con una gran sensibilidad hacia las preocupaciones de sus conciutadanos y de todos los que luchaban por una mayor justicia.

Maria Rúbies Garrofé

Maria Rúbies nació en Camarasa, el 21 de noviembre de 1932. Vivió de lleno la dureza de la guerra civil. Su padre se vio obligado a refugiarse en Francia, mientras el resto de la familia permanecía en un pequeño pueblo del Pirineo catalán cercano a la frontera. Durante ese tiempo Maria no pudo asistir a la escuela.



Posteriormente, tras un breve período de estancia en Os de Balaguer, la familia se instaló en Lleida. Esta experiencia temprana de la guerra civil española (1936-1939) la llevó a interesarse vivamente por lo que ocurriría a continuación en los demás países europeos, durante los años de la segunda guerra mundial.



En 1957 se licencia en Matemáticas y vuelve a Lleida, donde ejercerà la docencia en diferentes centros de bachillerato y impulsará la creación de la “Escola Espiga”.



Entre 1967-77 asume diversas responsabilidades en la Universidad Autónoma de Barcelona, y posteriormente la dirección de su delegación en Lleida.



En 1975, al iniciarse la transición política se compromete muy a fondo en la reconstrucción de la escuela y la pedagogía. Se afilia a Convergència Democràtica de Catalunya, y es elegida sendora en las primeras elecciones democráticas, y posteriormente diputada. Más tarde también será regidora de Lleida y diputada en el Parlamento catalán.



Desde 1980 partició en la redacción de nuevos programas escolares por encargo del gobierno autónomo. Y en 1986 fue nombrada primera presidenta del Consejo Escolar de Catalunya, máximo órgano de consulta y participación de la comunidad educativa catalana.


En 1988 abandona la militancia política y vuelve a la docencia en la Escuela de Formación del Profesorado de la Universidad de Lleida. Muere en 1993 como consecuencia de una larga enfermedad.




Compromiso con la educación





Maria Rúbies fue una mujer comprometida con la educación y la reconstrucción de su país, resulta difícil separar el compromiso personal del compromiso educativo, social y político.


Desde sus comienzos profesionales se entregó de lleno a la renovación pedagógica y organizativa de la escuela y llevó sus inquietudes al seno de las instituciones que podían favorecer un cambio en la educación ya que, desde el año 1977, con el inicio de la democracia en España, los cambios escolares fueron coincidiendo con una transformación social y política mucho más amplia.



En el ámbito más estrictamente educativo decía también: “Es imposible educar sin principios educativos y sin valores:[debemos desarrollar] la capacidad crítica y la conciencia [de los alumnos], de modo que ellos también lleguen a asumir su propia escala de valores y sus ideas personales”.



La idea de promover la escuela catalana iba pareja con la de incorporar los principios de la Escuela Activa que habían tenido tanta influencia en Francia, Bélgica e Italia a comienzos del siglo XX y que, aunque también habían llegado por entonces a Cataluña.

Esta misma idea de renovación y de búsqueda de un modelo educativo que respondiera a las necesidades del país la animó a asumir responsabilidades de dirección en la nueva Escuela de Formación del Profesorado y en el Instituto de Ciencias de la Educación de la Universidad Autónoma de Barcelona. Cabe destacar su capacidad de adaptación a la docencia en los diferentes niveles educativos (primario, secundario y universitario), así como en el sector público o privado, muestra de su inquietud y de su voluntad de colaborar con todas las personas e instituciones preocupadas por mejorar la educación, evitando la tentación de actuar sólo en grupos reducidos o selectos, si bien en general prefirió el sector público como vía para llegar a todos los ciudadanos.



Cambios en los contenidos y métodos pedagógicos:

su contribución a la didáctica de las Matemáticas



Mejorar la escuela exigía formar a los profesores, favorecer en ellos la reflexión sobre su trabajo cotidiano e incitarlos a conocer lo que se hacía en otros países, con el fin de ayudarlos a modificar en consecuencia su metodología y su práctica. Su empeño por introducir la denominada “matemática moderna”, propicia a desarollar en los alumnos la educación del raciocinio y el análisis de procesos, fue una contribución concreta en esta dirección.




Para Maria Rúbies la introducción de la teoría de conjuntos en la escuela era una manera de estimular la capacidad de razonamiento de los alumnos y un medio para evitar las prácticas rutinarias y los métodos poco motivadores que restringen el aprendizaje y encierran las matemáticas en el cantón de lo incomprensible.


Quiso así romper los límites de las matemáticas enseñadas en la escuela. Para eso había que aventurarse en otros ámbitos distintos del cálculo y la geometría. Debía darse entrada a la lógica, a la estadística y a la probabilidad. Convenía plantear cambios metodológicos y hacer que las matemáticas sirvieran para ayudar a interpretar y resolver problemas de la vida real.

Fue una de las impulsoras de la traducción y difusión de la obra deDienes y dirigió la edición de una colección de libros de texto destinados a la educación primaria que estaban acompañados de guías didácticas.



Maria Rúbies defendió un sistema educativo descentralizado, que permitiera dar respuesta a las necesidades sociales y culturales de cada uno de los pueblos del Estado español. Cuando el Estatuto de Cataluña reconoció como propia la lengua catalana y aceptó también la cooficialidad de la lengua castellana, Maria Rubiés promovió la formación entre el profesorado del estudio de la lengua y la cultura catalana.



Actuó siempre con valentía y realismo, con un gran respeto por quienes pensaban de manera diferente, con un compromiso moral y ético puesto al servicio de la reconstrucción de su país, tan maltrecho después de una guerra civil y de una dictadura que había minado la identidad de Cataluña y su iniciativa cultural y económica. Dedicó muchos esfuerzos a defender el uso de la lengua catalana en la escuela, en la educación en general y en los diferentes ámbitos de la vida social. 




Su inquietud la llevó a trabajar en distintos tipos de escuela, en instituciones sociales y educativas diferentes y en ámbitos de la vida política también diversos. Esta gran amplitud de campos de actuación, junto a su manera personal de llevar adelante sus proyectos, ayudan a explicar el alcance y la importancia que adquiriera su imagen de mujer, de educadora y de ciudadana.


Para saber más:





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