martes, 8 de julio de 2014

El enfoque femenio (II): Fotógrafas de guerra

El interés por fotografiar los conflictos bélicos ya había llamado la atención de los fotógrafos, mucho tiempo antes de la II Guerra Mundial. La primera guerra de la que existe constancia fotográfica fue la de Crimea en 1853, donde se utilizaron daguerrotipos que se pasaban a grabados, como si de un cuadro se tratara. Cubrir una guerra como la de Secesión estadounidense, la I Guerra Mundial, la guerra de Marruecos, etc.... suponía cargar con un equipo fotográfico muy pesado y en unas condiciones de luz extremas. El uso del flash de polvo de magnesio no se generalizó hasta 1880 y no podía ser utilizado en el campo de batalla porque su destello podía ser detectado por el enemigo. En consecuencia, las primeras imágenes de guerra fueron simulaciones de combates o sus consecuencias.

La Guerra Civil española (1936-1939) atrajo a muchos periodistas y fotógrafos. Esta fue la primera profusamente registrada en los periódicos y en la radio, los principales medios de comunicación de la época. La cobertura de esta guerra no tenía precedentes. Ya en julio de 1936, el tamaño de las cámaras fotográficas había sido reducido a la mínima expresión. Leica llevaba varios años en el mercado y Zeiss acababa de sacar su famosa Contax II. Aquellos equipos fotográficos tan livianos permitieron aproximarse al lugar de la noticia como nunca antes se había hecho. Por otra parte, los editores se dieron cuenta del impacto que esas fotografías producían en la opinión de los lectores ...y también del aumento que provocaba en sus ventas, por lo que fue la primera guerra con una gran cobertura gráfica.
No se conoce ninguna reportera española que cubriera esta guerra, aunque fueron varias las que vinieron de otros paises.  

Tina Modotti (1896-1942)

La veterana Tina Modotti se encontraba en España desde 1934. En 1937 se alistó al Quinto Regimiento de las Brigadas Internacionales con el apodo de María. Estas Brigadas estaban integradas por voluntarios extranjeros que venían a luchar por la democracia y la libertad, frente al nacionalcatolicismo que enarbolaban los militares sublevados, doctrina muy similar al fascismo italiano y alemán.
Biografía de Tina Modotti en www.modotti.com

Kati Horna (1912-2000)

Llegó en 1937 para realizar trabajos propagandísticos para el gobierno republicano. Esta húngara llegada de París, realizó numerosas fotografías de la Guerra Civil para la prensa anarquista y para posters de propaganda de la República. No llegó a fotografiar el frente, por eso no llegó a sustituir su Rolleiflex, una cámara de formato 6x6 y 12 exposiciones, bastante inapropiada para escenas de guerra. Sin embargo, retrató con acierto el drama de la retaguardia. En la revista Umbral, conoció al pintor andaluz José Horna con quien huiría hacia París cuando el gobierno republicano fue derrotado por las tropas del general Franco, en 1939. Consiguieron huir con una caja de hojalata conteniendo una selección de 270 negativos. En 1979, reinstaurada la democracia en España, Kati vendió al Ministerio de Cultura español el contenido de esta caja perfectamente ordenado y con los pies de fotos mecanografiados por ella.  

Gerda Taro (1910-1937)

En el verano de 1935, se van con unos amigos comunes a la isla de Santa Margarita, en Cannes. Allí se enamoran y deciden trabajar juntos. Endré, que ahora se hace llamar André, le enseñará fotografía a Gerta y ella le asesorará en los aspectos comerciales, aprovechando sus conocimientos adquiridos en la agencia Alliance Photo, donde trabaja. El olfato comercial de Gerta le mueve a crear una estratagema ante la escasa acogida de las fotos de André, inventando la figura de un fotógrafo norteamericano llamado Robert Capa, cuyo asistente de laboratorio sería André.
En su libro Gerda Taro fotógrafa de guerra, Fernando Olmeda viene a decir que Gerda Taro era la cabeza pensante de la pareja y que, entre otras cosas, fue quien inventó a Robert Capa.

Gerda realizará cinco viajes a España, tres de ellos con Capa y dos en solitario. Es dificil establecer la autoría de las fotografías porque ambos se intercambian las cámaras, aunque las primeras van firmadas por Capa. A principios de 1937 decidieron crear el sello Capa y Taro y así lo hacen en las fotos que remiten desde España, en marzo de 1937. Por esas fechas, Capa regresa a París y Taro se queda en España. Acepta encargos de otras revistas y firma como Taro. Se siente más independiente y se integra en los batallones de las Brigadas Internacionales por su conocimiento de los idiomas alemán y francés. 
Gerda Taro, rubio destello en la sombra (en Jot Down)

Therese Bonney (1894-1978) 

También optó por el fotorreportaje, después de su experiencia como fotógrafa publicitaria. Bonney viajó a Finlandia en noviembre de 1939, para cubrir los preparativos de los Juegos Olímpicos, que se celebrarían al año siguiente y allí le sorprendió la invasión rusa. Fue la única reportera que se encontraba en Helsinki y realizó un buen número de fotografías en el frente de la conocida como guerra de Invierno. En mayo de 1940, le ocurrió algo parecido en Bélgica. Sin planificarlo, se encontró en la Batalla de Mosa (Meusse), en la que las tropas alemanas comenzaron a invadir Francia. Debido a la calidad de sus fotografías, Bonney recibió el encargo de recorrer Europa. Durante el año 1941, viajó por Portugal, España, Francia, y otros países, fotografiando la situación de las mujeres, niños y ancianos. En 1943, publicó el libro Europe´s children (Niños de Europa), donde retrata con crudeza la situación de los niños en guerra.
Women come to the front: Therese Bonney 

Dickey Chapelle (1919-1965)

Fue otra norteamericana que se lanzó a la difícil profesión de reportera de guerra. Aprendió fotografía gracias a su maestro y después marido, Tony Chapelle. A pesar de su escasa experiencia como fotógrafa, se las ingenió para ser corresponsal de guerra con los Marines para la revista National Geographic. Con ellos fotografió la batalla de Iwo Jima y Okinawa. Posteriormente, en apenas tres años, cubrió las guerras de independencia de Argelia y las revueltas del Líbano y Hungría. En éste último país fue encarcelada durante las siete semanas que duraron los disturbios y los posteriores bombardeos rusos sobre la población. Con más de 40 años de edad, no dudó en aprender a lanzarse en paracaídas para acompañar a un batallón de paracaidistas en una misión en Vietnam. Fue la primera mujer autorizada por el Pentágono para acompañar a estas tropas. El 4 de noviembre de 1965, patrullando en Vietnam, dentro de la operación Black Ferret, un soldado desactivó frente a ella una bomba trampa y estalló. El impacto le hizo caer y un trozo de metralla le seccionó la arteria carótida. Fue la primera corresponsal en morir en la guerra del Vietnam.
The women who fought to Report WWII en No Job For a Woman

Margaret Bourke-White (1904-1971)


Fue la primera mujer que se especializó en fotografía arquitectónica e industrial. Trabajando en las fotografías publicitarias de la fundición Otis Steel Company, fue la primera que utilizó polvo de magnesio, como fuente de luz, para no desvirtuar sus fotografías de las calderas, en las que predominaban los tonos rojos y naranjas.  
Estuvo acreditada por Life en la fuerza aérea estadounidense para fotografiar la II Guerra Mundial. Ello le valió el título de primera mujer reportera de guerra, pero este titulo es injusto, considerando que Gerda Taro ya había dado su vida tomando fotografías en la guerra civil española. En cualquier caso, Margaret se convertiría en una famosa reportera. Cubriendo la campaña africana, se salvó de milagro de un ataque con torpedos al buque en el que viajaba. Fotografió la destrucción de la base aérea alemana de El Aouina, cerca de Túnez, por parte de la aviación estadounidense. Después cubrió la campaña en Italia. Tuvo también la suerte de encontrarse en el sitio y momentos oportunos. Cuando se encontraba preparando un libro con su marido en la Unión Soviética, le sorprendió la invasión alemana en 1941. Logró ser la única periodista que fotografió Moscú bajo las bombas alemanas. Su superviciencia ante tantos riesgos le valió el apodo de Maggie, la indestructible. En 1945, acompañó al general Patton para documentar la liberación del campo de prisioneros de Buchenwald. 
Margaret Bourke White, siempre un paso por delante en Dona havia de ser 

(fuente: camaracoleccion.es)

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