Ingresó en el cuerpo de
policía en 1909 y cuatro años después se convertía en la primera detective de
los EEUU, pero en aquellos convulsos tiempos su presencia y eficacia se
convirtió en un estorbo para sus propios compañeros. Sufrió el acoso y el desprestigio profesional por el hecho de ser mujer, pero su eficacia y eficiencia la convirtieron en una de las mejores detectives del siglo XX.
Alice Clement, pionera del cuerpo de detectives de
la policía de Chicago (chicagomag)
El 26 de
diciembre de 1926, a la edad de 48 años, fallecía a consecuencia de una diabetes
Alice Clement, pionera del cuerpo de detectives de la policía de
Chicago y que había pasado los últimos meses destinada en la comisaría
de un suburbio al oeste de la ciudad, un lugar al que enviaban a todos aquellos
agentes que estorbaban a sus superiores.
Alice se había convertido, a lo largo de los casi 13
años en los que había ejercido como detective, en alguien incómodo para los
delincuentes de Chicago, en unos años en los que las bandas mafiosas
camparon libremente y sin impunidad alguna por la ciudad.
Pero no solo los delincuentes veían en ella a un lastre. Sus propios
compañeros y superiores no llevaban demasiado bien que una mujer fuese detective
y además con el grado de Sargento primero, por lo que estaba
por encima de mucho de los agentes y oficiales.
Tampoco gustaba demasiado el hecho de
que se hubiese convertido en toda una estrella mediática de la época y los
diarios publicaran, a menudo, artículos relatando los casos que
resolvía.
Si a la
efectividad a la hora de investigar y resolver cualquier delito se le suma el
porte y elegancia que tenía Alice Clement todo ello hace que se convirtiera en
alguien que destacaba muy por encima de sus
compañeros.
Bautizada con sobrenombres como ‘la
Sherlock Holmes femenina’, ‘la detective del collar de
perlas’ o ‘Alice, la detective de la sonrisa’, la
elegancia con la que llevaba sus caros vestidos de la última moda de París, sus
zapatos de tacón y las perlas que colgaban alrededor de su cuello eran un
complemento perfecto a las esposas y revolver que guardaba en su exclusivo
bolso.
Chicago Tribune, August 6, 1913. Clement es la segunda por la izquierda |
Aunque no siempre tuvo que usar el
arma reglamentaria, ya que en más de una ocasión se enfrentó a los criminales a
mano descubierta gracias a su dominio de las artes marciales del jiu-jitsu.
Pero su trabajo como detective, por el
simple hecho de ser mujer, no fue nada fácil y en muchísimas ocasiones sus
propios compañeros sabotearon algunos de sus casos.
Incluso tuvo que padecer injusticias tras el intento de acoso sexual
que padeció y ante el fallo de juez que dictaminó a favor del acusado
creyendo la versión de éste que aseguraba que Alice lo había estado
provocando para que se le restregase.
En el
convulso Chicago de los años 20 Alice Clement era un estorbo para muchos de sus
compañeros que hacían negocios sucios con bandas de gansters en plena ley seca, motivo por el que eran numerosas las quejas de
otros policías ante la meticulosidad con el que la detective perseguía casos de
corrupción y delincuencia.
Todo ello hizo que acabase apartada en una comisaría de mala muerte de
un suburbio al oeste de la ciudad. Parece ser que en ese cochambroso destino la
luz de la que había sido la primera detective del cuerpo de policía de Chicago
se fue apagando y acabó falleciendo repentinamente a causa de la diabetes que
padecía desde hacía años y que tan bien había sabido ocultar a todo el
mundo.
Con su fallecimiento pasaba a formar parte del cajón del olvido una
mujer que fue durante más de una década portada en numerosas ocasiones de los
principales periódicos de la ciudad e incluso llegó a protagonizar una película
titulada “Dregs of the City” (Escoria de la ciudad) en la que
se interpretaba a si misma.
(Fuente: Alfred López Cuarderno de Historias)Para saber más:
Alice Clement of the Chicago D.P. (The Strange Company)
Alice Clement: The female Sherlock Holmes (All that is interesting)