Esta semana recupero la figura de una artista olvidada, con una obra exquisita y un reconocimento notable entre sus contemporanos, Pepita Teixidor ha caido en el olvido hasta hoy. Tiene el mérito de ser la primera pintora a la que se erige un monumento in memoriam en Barcelona y el pasado setiembre se conmemoró el centenario de su muerte.
Pepita
Teixidor nació en Barcelona en 1875, en el sino de una familia acomodada y
amante de la pintura. Su padre ingeniero industrial se dedicó a la pintura
cuando se retiró del negocio que tenia fabricación de luces metálicas, su
empresa participó en la instalación del alumbrado público de España.
Sus dos hermanos
Modest y Josep, también pintaban y fueron sus primeros maestros, junto con su
padre i el pintor Francesc Miralles. Desde sus inicios se dedicó a la acuarela
y la pintura de flores, técnica y género tradicionalmente considerados
femeninos, a pesar que su hermano mayor le insistiera para que se dedicara al
retrato. También utilizó otras técnicas como la aguada y la pintura al óleo.
Las flores
eran su gran pasión, y las inmortalizó en su gran variedad y sobre múltiples
soportes como telas, panes o abanicos. Sus obras por lo general, eran de tamaño
mediano, y en ocasiones utilizó soportes redondos u ovalados.
Su clientela
habitual era la burguesía barcelonesa de la época, pero su fama y su prestigio
transcendieron los límites de la ciudad condal, e incluso la reina María
Cristina compró obras suyas.
Además de la
pintura, Pepita Teixidor también cultivo la música y el canto. Formo parte del
grupo de mujeres que lucharon para poder exponer su obra en las galerías que habitualmente
solo exponían artistas masculinos, en este grupo encontramos otras pintoras
destacadas de la época como Lluïsa Vidal, Visitación Ubach, Antonia Farreras y
Maria Luisa Güell.
Su talento y
su fama la llevaron a exponer por varias ciudades europeas e incluso de
América. Participó en la Exposición
Universal de París de 1900, y en dicha ciudad fue nombrada socia honoraria
de la Union des Femmes Peintres et
Sculpteurs, y en 1912 de la Union Internationale des Beaux Arts et Lettres.
En 1900,
junto con Lluïsa Vidal, Antonia Farreras, Juan Soler y Serafina Ferrer
participó en la XVI Exposición de Bellas Artes Extraordinaria de Barcelona.
Expuso en la Sala Parés de Barcelona en 1908, 1914 y 1916. Partició en las Exposiciones Nacionales de
Madrid, París y México, y en 1910 ganó la medalla de oro en la Exposición
Nacional de Bruselas.
Como
consecuencia de una grave enfermedad, murió en Barcelona el 1914.
Un grupo de
mujeres a través de la revista Feminal, llevó a cabo una serie de iniciativas
para poder erigir un monumento en su memoria. Así pues recaudaron un total de
300 obras de diferentes artistas del momento con las que se realizó una tómbola
benéfica. Manuel Fuxà fue el encargado de realizar un busto en mármol blanco
dispuesto en una peana. La escultura incluye los atributos de profesión de
Pepita Teixidor, unos pinceles y unas flores. El monumento se encuentra todavía
hoy en le parque de la Ciutadella de Barcelona.
(Fuente: Wikipedia)
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