Esta semana voy a publicar un artículo en dos partes, y es que la figura de Francesca Bonnemaison no puede desvincularse de la Biblioteca Popular de la Dona. Un proyecto por y para las mujeres, que garantizaba un espacio para aprender y compartir, dando recursos y oportunidades para el empoderamiento de las mujeres. Una oportunidad de oro que muchas mujeres pudieron aprovechar, y que tiene en la figura de Francesca Bonnemaison a su creadoran mentora y alma mater.
Francesca Bonnemaison nació en Barcelona el 12 de abril de 1872, hija de padre de origen francés y madre catalana, quienes eran dueños de uno de los negocios de ropa más prósperos de la ciudad.
Tuvo una fuerte educación religiosa, estudió con las Religiosas Felipas, aprendió idiomas, dibujo, pintura y música. La joven Francesca siempre formó parte de los círculos de buena posición económica de Barcelona.
A los 21 años se casó con Narcís Verdaguer, abogado de pocos recursos. Este tipo de casamientos no eran frecuentes en la burguesía catalana de entonces. Mientras su marido ejercía la profesión y comenzaba a incursionar en política, ella se dedicó a traducir cuentos provenzales para La Veu de Catalunya firmando con la contracción de su nombre y el de su marido “Franar”. Estas iniciativas intelectuales de Francesca no eran bien vistas por su marido, hay muchos testimonios que dan cuenta de esto… Pero a pesar que Narcís quiso controlar la actuación pública de su esposa… se le fue de las manos.
En 1909 dentro de la Obra de Buenas Lecturas, Francesca y la Junta de Damas Cooperdoras crearon la Biblioteca Popular de la Mujer (Bilbioteca Popular de la Dona), la primera de Europa, dos décadas antes que las inglesas fundaran la Fawcett Library de Londres (1926), y las francesas, la Biblioteque Marguerite Durand (1931).
El sacerdote Ildefons Gatell hizo un donativo de 500 pesetas y de 100 libros. Se instaló en el claustro superior de la parroquia de Santa Anna y se inauguró el 28 de marzo de 1909. La propaganda enfatizaba que era una biblioteca “de entrada libre para todas”.
Segura de sí misma y de su proyecto y apelando a sus contactos sociales, a los de su marido y sus padres, Francesca golpeó todas las puertas para conseguir apoyo económico y social. Era un buen momento para hacerlo, la creación de la Biblioteca coincidió con el apogeo catalanista cultural.
Al principio, la Biblioteca abría los domingos y feriados de 11:00 a 12:00 de la mañana y de 15:30 a 17:00 de la tarde, la cuota era de 0,10 pesetas por mes o 1 peseta al año y las mujeres, además de libros de caràcter educativo o literario podían llevarse a casa, revistas y moldes para hacerse su ropa y las de sus criaturas. A la salida de misa, las mujeres de distintas clases sociales, obreras y burguesas, libres de la supervisión de sus maridos, se encontraban para hablar de sus hijos, de sus hogares y de la moda. Al cabo de un año, la Bilbioteca quedó pequeña. Buscaron un espacio más amplio al que se mudaron en 1910.
En 1918, muere Narcís y con 46 años, Francesca se queda verdaderamente sola, sin marido, ni padre ni madre. Sólo tenía su Biblioteca a la que se entrega con toda su energía.
A fines de 1922 muda la Bilbioteca, definitivamente, a la calle Sant Pere Més Baix, en una antigua casa medieval de la familia Bielsa. Para conseguir esta casa, Francesca hipotecó sus dos propiedas de Barcelona.
El fondo de la Biblioteca creció. En 1911 contaba con 5.000 volúmenes, fruto de donaciones, subvenciones y ayudas. A fines de 1936 llegó a contar con más de 23.000 volúmenes, crecimiento que mermó significativamente durante la dictadura franquista.
En 1911, viendo que la oferta de la Biblioteca era escasa en relación a las necesidades de las mujeres, cambia el nombre y se crea el Instituto de Cultura y Biblioteca de la Mujer, ofreciendo cursos de formación y una bolsa de trabajo. Se ofrecía enseñanza secundaria, profesional y doméstica y, más adelante, también de idiomas.
Poco antes de que la Guerra Civil abortara toda esta explosión de cultura para las mujeres, nace Claror, la revista del Instituto de Cultura y Biblioteca Popular de la Mujer. Se trataba de una publicación destinada a las mujeres de la burguesía barcelonesa, incluía artículos firmados por prestigiosas mujeres (y algunos hombres): Rosa Sensat, Lola Anglada, Aurora Bertrana, Josep Maria de Segarra y la misma Francesca Bonnemaison. Contenía artículos de teatro, joyería, arquitectura, narraciones literarias, fotografía, así como algún artículo sobre feminismo (no olvidemos que estamos en 1935…). Se publicaron 14 números y Claror desapareció en 1936.
En ese mismo año, cuando estalla la Guerra Civil, Francesca se exilia junto con su ahijado, Francesc Cambó.
El mismo año de su regreso, 1941, se firma la cesión del edificio a la Diputación de Barcelona. Francesca no volverá a pisar jamás a la casa de la calle Sant Pere Més Baix. Le dolía ver su creación en manos de la Sección Femenina de la Falange… Murió en Barcelona en 1949.
Gracias a ella y a su esfuerzo y voluntad, muchas mujeres tuvieron acceso a una educación, a los libros y al intercambio femenino. Gracias a su entusiasmo, Francesca legó a las mujeres catalanas una obra innovadora, única e irrepetible: el Instituto de Cultura y Biblioteca Popular de la Mujer, el cual, después de pasar a ser sede de diversas instituciones públicas, en el año 2000 se convirtió en el actual Centre de Cultura de Dones Francesca Bonnemaison, un espacio que cuenta con un fondo de 44.000 volúmenes, especializado, por su historia, en reliquias sobre moda y labores domésticas, pero que con los años se dedicó a completar con libros sobre feminismo, estudios de género y historia de mujeres.
Fuente: Godayol, Pilar;”Moments femenins de la humanitat. Quinze dones que han fet història”, Barcelona, Mina- Focus, 2007.
Para saber más:
Biografia Francesca Bonnemaison (DBD Diccionari Biogràfic de Dones)
Francesca Bonnemaison (Revista Sapiens, 29/04/2013)
Bibliografia (fuente: http://www.mcnbiografias.com)
Francesca Bonnemaison nació en Barcelona el 12 de abril de 1872, hija de padre de origen francés y madre catalana, quienes eran dueños de uno de los negocios de ropa más prósperos de la ciudad.
Tuvo una fuerte educación religiosa, estudió con las Religiosas Felipas, aprendió idiomas, dibujo, pintura y música. La joven Francesca siempre formó parte de los círculos de buena posición económica de Barcelona.
A los 21 años se casó con Narcís Verdaguer, abogado de pocos recursos. Este tipo de casamientos no eran frecuentes en la burguesía catalana de entonces. Mientras su marido ejercía la profesión y comenzaba a incursionar en política, ella se dedicó a traducir cuentos provenzales para La Veu de Catalunya firmando con la contracción de su nombre y el de su marido “Franar”. Estas iniciativas intelectuales de Francesca no eran bien vistas por su marido, hay muchos testimonios que dan cuenta de esto… Pero a pesar que Narcís quiso controlar la actuación pública de su esposa… se le fue de las manos.
En 1909 dentro de la Obra de Buenas Lecturas, Francesca y la Junta de Damas Cooperdoras crearon la Biblioteca Popular de la Mujer (Bilbioteca Popular de la Dona), la primera de Europa, dos décadas antes que las inglesas fundaran la Fawcett Library de Londres (1926), y las francesas, la Biblioteque Marguerite Durand (1931).
El sacerdote Ildefons Gatell hizo un donativo de 500 pesetas y de 100 libros. Se instaló en el claustro superior de la parroquia de Santa Anna y se inauguró el 28 de marzo de 1909. La propaganda enfatizaba que era una biblioteca “de entrada libre para todas”.
Segura de sí misma y de su proyecto y apelando a sus contactos sociales, a los de su marido y sus padres, Francesca golpeó todas las puertas para conseguir apoyo económico y social. Era un buen momento para hacerlo, la creación de la Biblioteca coincidió con el apogeo catalanista cultural.
Al principio, la Biblioteca abría los domingos y feriados de 11:00 a 12:00 de la mañana y de 15:30 a 17:00 de la tarde, la cuota era de 0,10 pesetas por mes o 1 peseta al año y las mujeres, además de libros de caràcter educativo o literario podían llevarse a casa, revistas y moldes para hacerse su ropa y las de sus criaturas. A la salida de misa, las mujeres de distintas clases sociales, obreras y burguesas, libres de la supervisión de sus maridos, se encontraban para hablar de sus hijos, de sus hogares y de la moda. Al cabo de un año, la Bilbioteca quedó pequeña. Buscaron un espacio más amplio al que se mudaron en 1910.
En 1918, muere Narcís y con 46 años, Francesca se queda verdaderamente sola, sin marido, ni padre ni madre. Sólo tenía su Biblioteca a la que se entrega con toda su energía.
A fines de 1922 muda la Bilbioteca, definitivamente, a la calle Sant Pere Més Baix, en una antigua casa medieval de la familia Bielsa. Para conseguir esta casa, Francesca hipotecó sus dos propiedas de Barcelona.
El fondo de la Biblioteca creció. En 1911 contaba con 5.000 volúmenes, fruto de donaciones, subvenciones y ayudas. A fines de 1936 llegó a contar con más de 23.000 volúmenes, crecimiento que mermó significativamente durante la dictadura franquista.
En 1911, viendo que la oferta de la Biblioteca era escasa en relación a las necesidades de las mujeres, cambia el nombre y se crea el Instituto de Cultura y Biblioteca de la Mujer, ofreciendo cursos de formación y una bolsa de trabajo. Se ofrecía enseñanza secundaria, profesional y doméstica y, más adelante, también de idiomas.
Poco antes de que la Guerra Civil abortara toda esta explosión de cultura para las mujeres, nace Claror, la revista del Instituto de Cultura y Biblioteca Popular de la Mujer. Se trataba de una publicación destinada a las mujeres de la burguesía barcelonesa, incluía artículos firmados por prestigiosas mujeres (y algunos hombres): Rosa Sensat, Lola Anglada, Aurora Bertrana, Josep Maria de Segarra y la misma Francesca Bonnemaison. Contenía artículos de teatro, joyería, arquitectura, narraciones literarias, fotografía, así como algún artículo sobre feminismo (no olvidemos que estamos en 1935…). Se publicaron 14 números y Claror desapareció en 1936.
En ese mismo año, cuando estalla la Guerra Civil, Francesca se exilia junto con su ahijado, Francesc Cambó.
El mismo año de su regreso, 1941, se firma la cesión del edificio a la Diputación de Barcelona. Francesca no volverá a pisar jamás a la casa de la calle Sant Pere Més Baix. Le dolía ver su creación en manos de la Sección Femenina de la Falange… Murió en Barcelona en 1949.
Gracias a ella y a su esfuerzo y voluntad, muchas mujeres tuvieron acceso a una educación, a los libros y al intercambio femenino. Gracias a su entusiasmo, Francesca legó a las mujeres catalanas una obra innovadora, única e irrepetible: el Instituto de Cultura y Biblioteca Popular de la Mujer, el cual, después de pasar a ser sede de diversas instituciones públicas, en el año 2000 se convirtió en el actual Centre de Cultura de Dones Francesca Bonnemaison, un espacio que cuenta con un fondo de 44.000 volúmenes, especializado, por su historia, en reliquias sobre moda y labores domésticas, pero que con los años se dedicó a completar con libros sobre feminismo, estudios de género y historia de mujeres.
Fuente: Godayol, Pilar;”Moments femenins de la humanitat. Quinze dones que han fet història”, Barcelona, Mina- Focus, 2007.
Para saber más:
Biografia Francesca Bonnemaison (DBD Diccionari Biogràfic de Dones)
Francesca Bonnemaison (Revista Sapiens, 29/04/2013)
Bibliografia (fuente: http://www.mcnbiografias.com)
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DUCH, Monserrat: "El paper de la dona al nacionalisme burgués", en Estudios de Historia Social, nº 28 (1984), pp. 301-309.
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---: "La Lliga Patriótica de Dames. Un projecte de feminisme nacional conservador", en Quaderns d'Alliberament, nº 6 (1981), pp. 123-137.
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LLATES, Rossend: Francesca Bonnemaison de Verdaguer: la seva obra, Barcelona: Fundación Salvador Vives Casajuana, 1972.
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LUNA, Joana-MACIÀ, Elisenda: "L'Associacionisme femení: catolicisme social, catalanisme i lleure", en NASH, Mary: Més enllà del silenci: les dones a la història de Catalunya, Barcelona: Generalitat de Catalunya, 1988, pp. 227-242.
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MACIÀ, Elisenda: "El institut de Cultura: un model de promoció cultural per a la dona catalana", en L'Avenç, nº 112 (1988), pp. 18-20.
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MATHEU, Roser: Quatre dones de Catalunya, Barcelona: Nova Terra, 1972.
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ROMERO MARÍN, Juan José: "Bonnemaison Farriols, Francesca" en
MARTÍNEZ, Cándida-PASTOR, Reyna-PASCUA, Mª José de la-TAVERA, Susanna
[directoras]: Mujeres en la Historia de España, Madrid: Planeta, 2000, pp. 433-436.
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